Se veía venir. Y es que en un festival tan "español" como es la Semana Internacional de Cine de Valladolid, que un título de nuestra cinematografía no se colase en el palmarés final iba a ser cosa extraña. Y más habiendo Tots volem il millor per a ella (Todos queremos lo mejor para ella), de Mar Coll, inaugurado a lo grande, con una excelente acogida crítica, esta 58ª edición. El sábado se daba por concluida la muestra con la entrega de las correspondientes espigas y, aunque la Espiga de Oro a la mejor película se ha concedido a la película Tokyo kazoku (Una familia de Tokio), del realizador Yôji Yamada, una versión actualizada del clásico de Yasujiro Ozu, y la Espiga del Plata ha recaído en el primer largometraje del realizador Steph Green, Run & Jump; el premio a la mejor actriz lo ha ganado limpiamente Nora Navas por su alabado y laureado trabajo en Todos queremos lo mejor para ella.
Con este premio, Navas se posiciona, ahora ya sin discusión alguna, como una de las grandes favoritas en la carrera a los Premios Goya. Y es que los antecedentes, salvo alguna que otra excepción, hablan de nominación asegurada tras una victoria en Valladolid. Ahí están los casos, más recientes en el tiempo, de Emma Suárez, por La mosquitera (2010), Pilar Bardem, por María querida (2004), Adriana Ozores, por La vida de nadie (2002), o Ariadna Gil, por Lágrimas negras (1999). Todas ellas triunfaron en su correspondiente Seminci y obtuvieron una posterior nominación al Goya, ¿cómo no va a ocurrir lo mismo con Nora Navas este año cuando, además, su trabajo en Todos queremos lo mejor para ella roza la perfección?
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