Karra Elejalde regresa el viernes a los cines.

Repasamos la filmografía del actor cuando regresa a la comedia con "Ocho apellidos vascos".

Palmarés XXIII Premios de la Unión de Actores.

"Caníbal", de Manuel Martín Cuenca, una de las vencedoras con 2 premios.

17º Festival de Málaga. Cine Español.

La Sección Oficial está compuesta por 15 largometrajes muy esperados para este 2014.

17º Festival de Málaga. Cine Español.

Seis títulos integran la sección paralela, competitiva, Zonazine, el espacio independiente.

17º Festival de Málaga. Cine Español.

Málaga Premiere y Estrenos Especiales completan la oferta de novedades del certamen.

sábado, 21 de diciembre de 2013

"15 años y un día" no pasa el primer corte en la carrera por el Oscar.


Se veía venir. La representante española a los próximos Premios Oscar no ha logrado convencer a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, que ha anunciado este viernes cuáles serán las nueve películas preselecciondas al Oscar a la mejor película de habla no inglesa y entre ellas no se encuentra 15 años y un día. La cinta dirigida por Gracia Querejeta y protagonizada por Tito Valverde y Maribel Verdú no ha pasado este indispensable primer corte. Un trance que tampoco han superado ninguna de las otras películas hispanoparlantes. 


Finalmente, por el Oscar a la mejor película del año en habla no inglesa, competirán la belga The Broken Circle Breakdown (Alabama Monroe), de Felix van Groeningen, la bosnia Un episodio en la vida de un chatarrero, de Danis Tanovic, la representante de Camboya L'image manquante, de Rithy Panh, y la danesa La caza, de Thomas Vinterberg. Además de la alemana Zwei Leben, de Georg Maas, la representante de Hong Kong The Grandmaster, de Wong Kar-wai, la húngara El gran cuaderno, de Janos Szasz, la cinta palestiina Omar, de Hany Abu-Assad, y la gran favorita al premio, la italiana La gran belleza, de Paolo Sorrentino.


Las nominadas se darán a conocer el 15 de enero del próximo año cuando la Academia de Hollywood anuncie la lista completa de candidatos a sus premios. La 86ª ceremonia de los Oscar se celebrará el 2 de marzo en el Dolby Theatre y estará conducida por Ellen DeGeneres.

Quiniela a los Premios Goya 2014 (V): Mejor Actriz.

Con dos favoritas realmente claras desde hace meses, salidas de los festivales de San Sebastián y Valladolid, la categoría a la mejor actriz parece haberse ido clarificando en las últimas semanas, sobre todo tras conocer a las tres finalistas a los Premios Forqué, que prácticamente nos han proporcionado el nombre de la tercera nominada. Las dudas sobre quién ocupará la cuarta plaza siguen en el aire, sobre todo después de producirse un empate en las votaciones a los Premios Feroz y resultar finalmente seis y no cinco candidatas en el apartado a la mejor actriz principal.

1. Marián Álvarez, por La herida.
2. Nora Navas, por Todos queremos lo mejor para ella.
3. Aura Garrido, por Stockholm.
4. Inma Cuesta, por 3 bodas de más.
5. Candela Peña, por Ayer no termina nunca.
6. Belén Rueda, por Ismael.
7. Elena Anaya, por Pensé que iba a haber fiesta.
8. Ingrid Rubio, por La Estrella.
9. Marta Etura, por Presentimientos.
10. Carmen Maura, por Las brujas de Zugarramurdi.
11. Ariadna Gil, por Sola contigo.


Ni que decir tiene que ser la última Concha de Plata a la mejor actriz es sinónimo de posicionarse como la gran favorita al Goya del año. Marián Álvarez parecía no tener competencia alguna en esta categoría, pero tras la Seminci y el premio ganado por Nora Navas la incógnita se cierne sobre la condición de favorita indiscutible que poseía la protagonista de La herida, de Fernando Franco, quien además ha ganado el premio correspondiente a la mejor actriz en el festival Cinespaña de Toulouse y figura candidata tanto a los Forqué como a los Feroz. Presente en absolutamente todos los planos de un filme que reposa adecuada y confiadamente en su labor, Álvarez desborda la pantalla exponiendo sin tapujos, pormenorizadamente y de manera harto dolorosa y empática, el infierno interior que subyuga a su personaje. Hay quienes sostenían que los responsables de la cinta podrían proponerla en la categoría revelación, lo cual incluso favorecería sus opciones al Goya, pues ahí sí que no conocería competencia alguna. No obstante, lo justo es reconocer que su revelación ya se produjo hace unos años con Lo mejor de mí (2007), de Roser Aguilar, y que un trabajo de esta envergadura debe optar al Goya en la "categoría reina", donde ha sido propuesta finalmente.


Desde Valladolid, con la Espiga de Plata bajo el brazo a la mejor actriz, Nora Navas se ha impuesto como la otra gran favorita a ganar el Goya de este año. Su cabezón por Pa negre (Pan negro) (2010), de Agustí Villaronga, queda aún muy reciente en la memoria de los académicos, lo que podría restarle opciones. No obstante, merecería ganar (tanto como Marián Álvarez) por marcarse un magnífico trabajo en Todos queremos lo mejor para ella, de Mar Coll, donde Navas está en absoluto estado de gracia, recayendo también sobre ella todo el peso de una película que, ciertamente, no sería lo mismo sin su labor. Ya en la primera secuencia, con su cojera perfecta y el tartamudeo oportuno, la intérprete nos bosqueja un aplicado y preciso retrato de su personaje, que a lo largo de los siguientes minutos logrará desarrollar y desplegar ante la cámara con absoluta libertad, haciendo fácil lo difícil, logrando que las rarezas de su comportamiento nazcan y se expongan ante nosotros con pasmosa naturalidad, no siendo capaces en ningún momento de advertir de qué mecanismos o de qué métodos surge tal prodigio interpretativo, llegando incluso a brindarnos de manera magistral la exposición escrupulosa, medida y esmerada del desconcierto que embarga a su personaje. Es tan sublime el grado de perfección alcanzado por la actriz, que incluso hay momentos del filme en el que el cambio de registro ambiental, del drama a la comedia o viceversa (pues la cinta coquetea con ambos por igual), lo marca el propio trabajo de Nora Navas. Como Álvarez, también ha recibido nominaciones a los Forqué y a los Feroz y, muy seguramente, sea nominada (y gane) el Gaudí de la Academia del Cine Catalán.


Ha llegado tarde a las salas, pero lo ha hecho a tiempo como para posicionar a su protagonista entre las favoritas en la carrera por los Premios Goya. Stockholm, de Rodrigo Sorogoyen, aparte de ser uno de los mejores títulos del año, viene de ser uno de los triunfadores del ya lejano Festival de Málaga, donde Aura Garrido se alzó con la Biznaga de Plata a la mejor actriz. Había ganas de visionar su trabajo y, una vez visto, es justo reconocer que la joven actriz merece figurar entre el cuarteto finalista al Goya y es que Garrido lidia con el arco dramático más complicado de los dos únicos personajes de la función y logra al final una actuación gigantesca, de puro perfecta, porque el comportamiento esquivo de su personaje al inicio no es sólo una pose, sino que encierra siempre algo enfermizo y endémico, algo que vertebra toda su actuación y que Garrido logra transmitir a lo largo de todo el metraje, por mucho que también, y al mismo tiempo, nos obsequie un esmerado y detallado transcurrir de emociones y actitudes, hilvanadas con sensatez y armonía. Aunque en Málaga compartió premio interpretativo con Candela Peña, Garrido le ha sacado ventaja a su oponente en la carrera por el Goya, pues figura candidata ya a los Premios Forqué y a los Feroz, lo cual nos invita a pensar que la tercera plaza tiene ya grabado su nombre.


El arrollador éxito de taquilla de 3 bodas de más, de Javier Ruiz Caldera, supone un aval más que suficiente para considerar las opciones de Inma Cuesta al Goya como bastante serias. Pero es que, además, la crítica se ha deshecho en elogios hacia su trabajo y ya figura candidata a los Premios Feroz, donde de existir una división de categorías entre actrices dramáticas y cómicas, Cuesta triunfaría en la segunda sin discusión alguna. Y es que la actriz está en 3 bodas de más sencillamente espectacular. Inma Cuesta se entrega con deslumbrante ingenio a su difícil cometido, consciente tal vez de tener entre manos uno de los personajes femeninos más jugosos y ricos que se hayan escrito para una comedia en mucho tiempo. Sería injusto no reconocer que parte de las virtudes que encierra 3 bodas de más tienen su origen en el desternillante trabajo de su actriz, capaz de sortear las limitaciones que su (atractivo) físico podían propinar a la consecución de la verosimilitud de su rol y, a través de una hilarante y atinada manifestación de tics y mohínes, dar con la medida justa del carácter anodino y patoso del personaje. Un enorme triunfo personal el conseguido por la actriz en esta película que podría redondearse con una merecidísima nominación al Goya.


Única candidata segura desde principios de año, Candela Peña ha ido perdiendo posiciones a medida que han ido viendo la luz los previos trabajos reseñados. Y todo porque el estreno de su película se produjo con demasiada antelación para el calendario académico. Sería una lástima porque su heróico, demoledor y desgarrador tour de force, principal gancho indiscutible de Ayer no termina nunca, de Isabel Coixet, supone la mejor interpretación de su carrera, aún jugando peligrosamente, en algunos momentos, con una afectación excesiva. Un mal menor que no impidió que ganara la Biznaga de Plata a la mejor actriz en el Festival de Málaga. A su favor también cuenta el hecho de que, haga lo que haga, siempre cuenta con el beneplácito de una Academia que la ha premiado ya en tres ocasiones y que, además, ha sido incluida entre las seis finalistas en la misma categoría a los Premios Feroz.


Otra habitual en las quinielas es Belén Rueda. Descartadas sus opciones de aspirar al Goya por el flojo thriller Séptimo, de Patxi Amezcua, la actriz ha logrado colarse entre las finalistas a los Premios Feroz como mejor actriz principal por Ismael, de Marcelo Piñeyro, lo que ha provocado que se sume a la lista de grandes favoritas por este melodrama sentimental del que la actriz puede presumir de ser de lo mejorcito de la función, pues se marca una interpretación muy ajustada y precisa, por momentos incluso encantadoramente cómica, aportando esa naturalizada proximidad tan inherente a ella, así como una notable autenticidad en un personaje para el que, sobre el papel, podría no ser la intérprete más indicada. Sin embargo, con una desbordante simpatía, Rueda logra hacerse verosímil en la piel de esa abuela aún de buen ver mientras va desplegando, sin aspavientos y con mucha sobriedad, el despertar de emociones encontradas que asaltan a su personaje en la extraña e intensa jornada retratada por el filme de Piñeyro.


Por desgracia, el trabajo de Elena Anaya en Pensé que iba a haber fiesta, de Victoria Galardi, llegará demasiado tarde a las pantallas como para generar la más que necesaria 'rumorología' que beneficie sus opciones al Goya. Eso y que la condición de co-producción de la película puede jugar a la contra de unas posibilidades que, para más inri, pasan por la excelente acogida que han recibido todos los trabajos arriba mencionados. El suyo no merece menos, pues apechuga con el mayor tiempo en pantalla de la película y, como tal, tira del carro de la función, conduciéndonos de manera armoniosa gracias a una interpretación limpia e íntegra, absolutamente irreprochable, sostenida sobre un esmerado muestrario de las motivaciones de su personaje, por mucho que también represente de forma precisa sus esfuerzos por disimularlos. Un trabajo magnífico y reposado en el que, además, la actriz sabe imponer y hacer visible el espacio privado de su personaje, logrando con ello que compartamos la inquietud y el desasosiego que la acompañan a lo largo y ancho de una película que merecería correr mejor suerte en los Goya de la que, a buen seguro, tendrá.


Presente en el cuarteto favorito de hace unos meses, Ingrid Rubio ha abandonado por completo su puesto de honor y es que sus opciones de llegar a la final, en este momento, son remotas; primero, por el alto y comentado nivel en los trabajos que la preceden y, segundo, por el escaso bombo suscitado por La Estrella, de Alberto Aranda, cinta que pasó más desapercibida por las carteleras de lo que realmente merecía. Sobre todo por el protagonismo exhultante, arrollador y entregado de una fantástica Ingrid Rubio. Sólo ella, su fresca fotogenia y su radiante exposición de talento, justificaban el visionado de la película. Como la Estrella del título, la actriz se marca uno de los mejores trabajos cinematográficos de toda su carrera, recorrido por una frescura contagiosa, que hace irresistibles sus puntuales momentos cómicos, y una implicación emocional con su rol pasmosa, puesta de manifiesto a lo largo de todo el metraje y cuyo punto álgido es la trágica y brillante transición emocional que protagoniza en una de las clases de flamenco y en la que el trabajo metódico de la actriz queda sensacionalmente oculto tras la plasmación vívida de los pensamientos del personaje. Una interpretación luminosa y desenvuelta que no desmerecería figurar entre las favoritas a los próximos Premios Goya.


Como el de Anaya, también el trabajo de Marta Etura en el thriller Presentimientos, de Santiago Tabernero, llega muy tarde a las salas como para suponerlo con verdaderas opciones, reales, de resultar finalmente nominado. Tiene en contra, además, el proceder de un filme en verdad fallido, donde ella se gana a pulso el ser considerada lo mejor de una película que, vistos los resultados, desmerece de tan brillante ejercicio de introspección psicológica, exhibido a través de una pormenorizada y sensitiva sucesión de matices, lo que evidencia el sumo nivel de profesionalidad y talento de una intérprete particularmente dotada para representar ante la cámara, de forma excelente, las tragedias y traumas internos de sus personajes. Una verdadera lástima pues Presentimientos suponía la vuelta de Etura a los personajes protagonistas y de considerable lucimiento.


Último Premio Donostia, la Academia podría aprovechar la racha de homenajes a Carmen Maura y adjudicarle una nueva nominación en la categoría principal, donde no ha vuelto a quedar finalista desde que ganara su tercer Goya por La comunidad (2000), de Álex de la Iglesia. Su cometido en Las brujas de Zugarramurdi está lejos de ser protagónico, pero la clase y la maestría de una actriz de su categoría se imponen pronto en uno de los puntos fuertes de una función que, a buen seguro, acumulará nominaciones por doquier. Si los Académicos tienen el día juguetón, muchos votos irán a parar también a Carmen Maura.


Protagonista absoluta de un filme que pasó sin pena ni gloria por las carteleras, a pesar del interés que podría despertar su trama y su tono de thriller psicológico, Ariadna Gil es, sin duda, lo mejor de una función desperdiciada. Y es que lleva a cabo en Sola contigo, de Alberto Lecchi, un admirable y generoso ejercicio de exposición dramática, del todo introspectivo. La condición de co-producción entre Argentina y España suma peros a sus opciones, junto a la media calidad de la película. No obstante, la vuelta de una de nuestras mejores actrices a la categoría principal de los Goya siempre es bien recibida, sobre todo si se trata de Ariadna Gil.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Por fin llega a las salas "Gente en sitios", la película de la que todo el mundo habla.

¡¡¡Ya es viernes!!! Y este fin de semana, la ficción nacional vuelve a asomarse a la cartelera con el estreno de uno de los títulos más esperados por los cinéfilos más empedernidos. Se trata de Gente en sitios, una de las películas que más ha estado dando que hablar últimamente en los corrillos de cinéfilos. Vista tanto en el Festival de Toronto como en el de San Sebastián, aplaudida de manera entusiasta por absolutamente toda la crítica especializada, Gente en sitios, supone el nuevo proyecto del veterano periodista, guionista y dramaturgo Juan Cavestany, director de dos productos adscritos a los parámetros más industriales como fueron El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo (2004) y Gente de mala calidad (2008).


Cavestany, que movió su anterior filme principalmente por internet, Dispongo de barcos (2010), se ha adjudicado la firma de la que se ha convertido en la película-evento española del año. Así, leíamos en el blog Versión Muy Original, un artículo de Gregorio Belinchón en el que nos la describe como "una colección de sketches", cuyo hilo conductor es "el estado actual de España. Cavestany, muy hábil como escritor, usa la cámara y el montaje con inmenso talento para radiografiar el panorama y el espíritu en el que vivimos hpy en día los españoles. Más que un película, Gente en sitios parece un estado de ánimo. Es probablemente, la mejor película española de 2013, o al menos la más sorprendente". La película, nominada a los recién creados Premios Feroz en sólo una categoría (mejor tráiler), cuenta además con pocas opciones de colarse en la final por los Goya, con apenas 4 candidaturas previas: película, director, guión original y montaje.

Rodada con un presupuesto mínimo y con una sola cámara de mano, Gente en sitios ofrece además el aliciente de contar con el reparto de estrellas más grande visto hasta ahora en una producción nacional, entre los que se cuentan, Eduard FernándezMaribel Verdú, Coque Malla, José Ángel Egido, Raúl Arévalo, Luis Callejo, Carlos Areces, Santiago Segura, Antonio de la Torre, Eulalia Ramón, Martiño Rivas, Ernesto Alterio, Irene Escolar, Julián Villagrán, Adriana Ugarte, Diego Martín, Alberto San Juan, Javier Gutiérrez, Roberto Álamo, Tristán Ulloa Clara Sanchís, entre otros. Distribuida por Cameo, Gente en sitios sale al mercado en tan solo 7 cines de Madrid y Barcelona, aunque a partir del 15 de enero ya podrá verse en las demás plataformas de exhibición digital (DVD, VoD, televisión de pago).


Para Luis Martínez, de El Mundo, Gente en sitios es "la película más relevante y extraordinaria en su ordinariez que ha dado el cine español este año y quizá en los venideros. Precisa, delicada, absurda, necesaria". Para Pere Vall, en Fotogramas, la cinta "se alinea en el grupo de las practicantes más conseguidas del posthumor, cuya efectividad es una suma de gags brillantes y de los actores/personas adecuados. Sutil vuelta de tuerca a los vicios sociales y nuestros gestos más repetidos, el flm cosquillea nuestra conciencia provocándonos carcajadas". Jordi Costa, en su crítica para El País, concluye que Cavestany propone "con un puñado de secuencias perfectas, la que quizá sea la película española más relevante del año: nuestra gran épica de catástrofes (interiores)"

Fútbol para toda la familia.


Con permiso de Gente en sitios, el estreno nacional que más ruido anda haciendo por todos los lados, es la co-producción con Argentina, Futbolín, cinta de animación en 3D que supone el regreso a la dirección del laureado y galardonado director de El secreto de sus ojos (2010): Juan José Campanella. En ella, Amadeo es un chico tímido y virtuoso que deberá enfrentarse al más temible rival sobre un campo de fútbol: el Crack. Para ello, contará con la inestimable ayuda de unos jugadores de metegol/futbolín liderados por el Wing, un carismático extremo derecho. Las aventuras de Amadeo y los jugadores tendrán como telón de fondo no sólo el fútbol, sino también el amor, la amistad y la pasión.

La película, que es distribuida por Universal, podrá verse en 417 salas de 321 cines (332 exhibiendo en 2D y 85 en 3D). Este inequívoco tratamiento de blockbuster responde al colosal éxito protagonizado por la película en la taquilla argentina (más de catorce millones de dólares de recaudación). Salvando la demoledora crítica publicada por Carlos Boyero en El País, en el marco del pasado Festival de San Sebastián, la práctica totalidad de las opiniones suscitadas en la prensa especializada por Futbolín han sido positivas, como demuestran las que encontramos en Fotogramas, donde Ricardo Aldarondo señala que es "una película que funciona bien como historia de superación, apoyada en los tópicos del género, trufada de momentos divertidos y pinceladas combativas en lo social y con un acabado visual bien resultón"; o en Cinemanía, donde Carlos Marañón la define como una película de "animación nacarada de aire nostálgico y un punto elegante de revolucionario de salón, Aardman style, la estructura de la película evita la dureza de los partidos inacabables de Oliver y Benji (referente único del subgénero pelotudo) para incluir los vaivenes de un gozoso parque de atracciones".


Hasta aquí el repaso a los estrenos nacionales de ficción de un finde previo al gran sorteo de lotería de Navidad, con su denostada y muy comentada campaña publicitaria como fatídico emblema. Mucha suerte a todos y, si os toca, a ver si vamos algo más al cine, que ya no habrá excusa.

¡¡Un saludo, Sinvergüenzas!!

"Kamikaze", el debut de Álex Pina, ya tiene tráiler.


El grupo Antena 3 junto a Cangrejo Films y Globomedia Cine, tienen en Kamikaze uno de sus títulos 'estrella' para el 2014. La película, que significará el debut en la dirección de Álex Pina, habitual guionista de televisión, parte sobre un original propio y de Iván Escobar. La sinopsis reza así: Slatan es un hombre corriente de Karadjistan enfrentado a una situación extrema: hacerse estallar en un avión de pasajeros de Moscú con destino a Madrid. Sin embargo, los planes de Slatan se tuercen cuando una tormenta de nieve retrasa el vuelo y todos los pasajeros son alojados en un hotel de montaña hasta que pase el temporal. Este retraso obliga a Slatan a convivir, durante tres días, con sus futuras víctimas. Unos pasajeros con una visión positiva y optimista de la vida… A 20 grados bajo cero la vida no siempre sigue el plan previsto.

A priori, la cosa no pinta nada mal, la verdad y menos aún después del visionado de su primer tráiler, que ya se ha hecho público. Su protagonista es Álex García, actor tinerfeño famoso en la pequeña pantalla gracias a series de tanta audiencia como Sin tetas no hay paraíso (2008-2009) o Tierra de lobos (2010-2011) y al que descubrimos, cinematográficamente hablando, en la sección ZonaZine del Festival de Málaga 2009 con la película independiente Entre esquelas (2009), de Adán Martín. Ahora, tras ganar popularidad en la tele y foguearse en el teatro, da el salto a la primera fila de la producción nacional al liderar una de las comedias más interesantes de lo que nos depara el próximo curso cinematográfico.


A García, le acompañan en el reparto un grupo de solventes intérpretes, entre los que destaca el concurso de dos de las mejores actrices jóvenes del panorama actual: Leticia Dolera y Verónica Echegui (que ya coincidió con Álex García en la bonita e injustamente desapercibida Seis puntos sobre Emma (2011), de Roberto Pérez Toledo). Pero también es obligado mencionar a los argentinos y brillantes Eduardo Blanco y Héctor Alterio, así como la siempre grata presencia de Carmen Machi. Sin olvidarnos, del cada vez más en boga Iván Massagué, actualmente en cartel con un pequeño trabajo en Los últimos días.

Kamikaze, que será distribuida por Warner Bros, tiene prevista su llegada a las salas comerciales el próximo 10 de abril de 2014.

Quiniela a los Premios Goya 2014 (V): Mejor Actor.

La de mejor actor protagonista viene siendo, desde hace unos meses, la categoría más previsible de las interpretativas a los próximos Premios Goya. Primero las nominaciones a los Premios Forqué y después las de los Feroz, han ratificado las opciones de los tres máximos favoritos que se han venido barajando en todas las quinielas. La verdadera emoción surge entonces por averiguar quién será el afortunado que ocupe la cuarta plaza para estos Premios Goya, bastante más reñida de lo que parece en un principio. Pues mientras la crítica española ha ensalzado entre sus nominados trabajos que parecían perder opciones en los últimos meses, los productores incluyeron en la lista de candidatos otros verdaderamente relevantes y que ni siquiera teníamos en cuenta para la confección de este ránking de favoritos.

1. Àlex Brendemühl, por Wakolda (El médico alemán).
2. Javier Cámara, por Vivir es fácil con los ojos cerrados.
3. Antonio de la Torre, por Caníbal.
4. Eduard Fernández, por Todas las mujeres.
5. Fernando Valverde, por 15 años y un día.
6. Mario Casas, por La mula.
7. Álex González, por Alacrán enamorado.
8. Ricardo Darín, por Tesis sobre un homicidio.
9. Hugo Silva, por Las brujas de Zugarramurdi.
10. Quim Gutiérrez, por ¿Quién mató a Bambi?
11. Ernesto Alterio, por ¿Quién mató a Bambi?


La condición de co-producción de Wakolda (El médico alemán), de Lucía Puenzo, nos predisponía a no contar con él en las quinielas. Sin embargo, su candidatura al mejor actor protagonista ha sido propuesta por los productores de la cinta y existen numerosos antecedentes previos que nos invitan a pensar que Àlex Brendemühl supone un contrincante bastante serio de cara a ocupar la cuarta plaza de los finalistas al Goya. Supondría un glorioso cuarto nominado, pues el actor se marca en la cinta una prodigiosa interpretación en la piel de ese diabólico personaje, lamentablemente célebre, que fue el médico y antropólogo nazi Josef Mengele. Un trabajo metódico hasta el paroxismo, que incluso moldea su efectivo acento alemán con insertos del particular acento del sur de la Patagonia (lugar donde se localiza la trama), y que Brendemühl ejecuta con una fría contención, pero sin renunciar a una imprevista humanización de un personaje con el que el espectador llegará hasta a simpatizar, dada la considerable cercanía y llaneza con la que su actor nos lo muestra en pantalla. Doble mérito, por tanto, el de ser rotundamente fiel a la imagen establecida de un personaje a través de su legado histórico y el de traspasar el umbral de representación del mito para dotar al personaje de un alma ciertamente tangible y corpórea, que desalienta al espectador dada su palpable carga de verosimilitud interna. Con toda la crítica rendida a sus pies desde que la cinta se proyectó en el último Festival de Cannes, Brendemühl acaba de ganar por este trabajo el Premio Sur al mejor actor concedido por la Academia de Cine Argentina y merecería, más que ningún otro aspirante, recibir por Wakolda eso que hace ya mucho tiempo viene mereciendo: su primera nominación al Goya.  



Favorito a ganar la Concha de Plata en San Sebastián, Javier Cámara tiene asegurada su sexta nominación al Goya este año gracias a Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, por un trabajo de enorme aprehensión, que invita a descartar a cualquier otro actor para tal empeño, incapaces todos de abordarlo de forma tan sobresaliente como él lo hace. Cámara parece haber nacido para interpretar a este personaje, pues resulta un intérprete especialmente dotado para reflejar sin coartadas ante las cámaras todo el patetismo de sus criaturas, sin caer nunca en convencionalismos pueriles o en falsas y amaneradas caricaturas, estériles siempre de emoción. El actor está literalmente espléndido a lo largo de todo el filme, sin alardes desorbitados, desde una agradecida y primorosa contención, plasmando con una naturalidad cercana a la espontaneidad todos los claroscuros de un personaje eminentemente ingenuo. Sus recientes nominaciones a los Forqué y a los Feroz confirman su indiscutible condición de favorito y destierran las opciones que el actor pudiera tener de ser finalista por sus otros empeños protagonistas seleccionados entre los pre-candidatos: Ayer no termina nunca, La vida inesperada y, en menor medida, Los amantes pasajeros.


Con toda la crítica rendida a sus pies y la alta expectación que ha despertado en el público el que se denomina ya como su mejor trabajo para el cine, el Antonio de la Torre de Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, es el otro gran favorito en todas las quinielas. Radicalmente demoledor en su esterilizada y minuciosa exposición del carácter retraído y autosuficiente de su personaje, a través de una conveniente contención y una solidez apabullante, De la Torre sustenta toda su actuación en el magnífico partido que de su expresiva y contundente mirada líquida extrae el director para que los pensamientos, las dudas y hasta los miedos del personaje traspasen la pantalla y, llegado el caso, congelen el ánimo del respetable. Todo ello, además, protegido por una descollante naturalidad, sin subrayados ni estridencias del todo innecesarios, lo que ayuda a implantar la conseguida condición de absoluto personaje anónimo, de ser otro tipo más del montón, que sobrevuela al protagonista, añadiendo con esto un componente aún más sobrecogedor a la historia. Literalmente devorado por la personalidad de su personaje, De la Torre termina confeccionando una actuación de implacable y árido efectismo en el respetable, razón más que suficiente como para creer que será uno de los cuatro nominados al Goya, más aún tras sus aplaudidas nominaciones a los Forqué y a los Feroz.


Habitual en las nominaciones desde que irrumpiera en el cine hace solo 14 años, lleva ya acumuladas siete, de las que dos se materializaron en sus correspondientes cabezones. Además, conduce con mano diestra, segura y fascinante la desequilibrada película de Mariano BarrosoTodas las mujeres, logrando una actuación en absoluto estado de gracia. El intérprete se permite el lujazo de pasearse sin tapujos por todos los vericuetos de su personaje, ahondando incluso en los más desagradables, y hacerlo además desde una sublime precisión, matizando y depurando hasta el extremo cada uno de los rasgos (físicos, psíquicos y emocionales) de su personaje, logrando que tan impresentable protagonista no solo nos resulte simpático sino que, para más inri, nos induzca a no poca compasión. Eso sí, en su pletórica exhibición interpretativa colabora el sugestivo juego dialéctico y la química mutante que logra establecer con todas sus oponentes. Probablemente no sea el favorito al premio, pero sus opciones de colarse entre los cuatro nominados no han hecho más que reafirmarse tras ser nominado, como los dos anteriores, tanto a los Premios Forqué como a los Premios Feroz.


Con una nominación más que cantada en la categoría secundaria, los responsables de 15 años y un día, de Gracia Querejeta, optaron por proponer el trabajo de Fernando Valverde en la película en el apartado protagonista, lo que aparte de conferir a las predicciones para esta terna un poco más de emoción, si cabe, le resta posibilidades al actor de lograr la que sería su segunda nominación al Goya de toda su trayectoria. Su trabajo en 15 años y un día roza la perfección en cada uno de sus planos, estoico, admirable, cargado de humanidad y rebosando empatía en cada frase, logrando que la calidez de la que está exenta la cinta, se la otorgue de sobra la presencia de este veterano. Sus opciones al Goya, como decíamos, han menguado con el imprevisto cambio de categoría, pues aunque su estupenda actuación represente a la película seleccionada por la Academia de cara a los Oscar y suponga su vuelta a una pantalla grande después de ocho años, lo que podría propiciar un pertinaz homenaje a modo de bienvenida con una nominación, Valverde se halla en franca desventaja frente al cerrado y más que previsible trío de favoritos que hemos mencionado más arriba, luchando por una cuarta plaza sin el aval que supondría el haber obtenido previos galardones en festivales o similares y con el que sí cuentan algunos de sus más duros contrincantes.

A principios de año nadie lo hubiera dicho, pero tras ganar la Biznaga de Plata al mejor actor en el Festival de Málaga, Mario Casas se aupó a todas las quinielas para los próximos Goya gracias a La mula, película de la que su labor se alza como el gran pilar sobre el que sostenerse. Absolutamente empático y convincente en la piel de ese descreído e inocente cabo, supone el mejor empeño interpretativo del actor hasta la fecha. Su acemilero se nos presenta imprevistamente matizado siempre, incluso allí donde hubiera sido fácil salir airoso tirando de tics y viciados hábitos interpretativos, Casas responde con notable entereza y no poco encanto, resultando finalmente preferible éste trabajo al llevado a cabo en Ismael, de Marcelo Piñeyro, promocionado empeño dramático donde el actor no consigue superar una permisible corrección, muy mermada por el insondable y ostentoso afectamiento hiperromántico desde el que se afana en elaborar el carácter profusamente sensible de su personaje. Dicho esto, el temprano estreno de La mula dentro del primer semestre del año hace peligrar las opciones del actor, aunque su reciente nominación a los Premios Feroz nos invite a no perderle de vista por completo. ¿Valorará la Academia el logrado esfuerzo interpretativo de la estrella o le subestimará por su consabido estatus de 'chico guapo'?

El que Alacrán enamorado, de Santiago A. Zannou, fuera incluida dentro de la terna de las cuatro películas pre-seleccionadas por la Academia a los Oscar ha dado alas también a las opciones de su protagonista de cara a una justa nominación al Goya al mejor actor. A pesar del también temprano estreno de la película, Álex González tiene a su favor el haber superado las expectativas, gracias a la admirable y convincente labor que realiza del protagonista de la cinta, detallando con aplomo minucioso todo el arco emocional que recorre su personaje a lo largo de la película. Sin duda, una excelente noticia que invita a concebir no pocas esperanzas en un actor perteneciente a una generación de intérpretes, en general, poco solventes en papeles tan rigurosos como éste. Por contra, su juventud y su atractivo físico son un lastre para tomar en serio sus opciones al Goya, a lo que hay que sumar la implacable competencia que suponen pesos pesados del calibre de los arriba mencionados.

Como con Àlex Brendemühl, las opciones de Ricardo Darín por Tesis sobre un homicidio, de Hernán A. Golfrid, pasan por la condición de co-producción de su película. Eso, el estreno demasiado anticipado de la cinta y la prácticamente tapiada competencia que suponen empeños protagonistas en películas cien por cien españolas. No obstante, quede constancia del sobrio, impecable, infinitamente matizado, proverbialmente expresivo trabajo llevado a cabo por Darín, alma, motor y estructura base de Tesis sobre un homicidio, demostrando una magistral capacidad para, tras los primeros minutos de metraje, desaparecer por completo dentro de su hermético personaje sin dejar en ningún momento de traspasar la pantalla, conectar con el espectador y que éste empatice hasta el paroxismo con su rol.


Tras su sorpresiva nominación a los Premios Feroz, resulta obligado introducir a Hugo Silva en este ránking de favoritos al Goya por su trabajo en Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia. No lo tendrá fácil, a pesar de marcarse un empeño ciertamente dinámico y sugestivo, vibrante y felizmente cómico por momentos, pero carente de la perdurabilidad inherente a muchos de sus más directos competidores. No obstante, cuenta con la gran baza de participar en la competición con una de las películas que, se prevén, más número de nominaciones obtendrá, lo que podría arrastrar los votos de los académicos a su favor, a pesar de que, también, se pueda producir cierta división en los mismos entre su trabajo y el de su compañero de fatigas en el filme, el también propuesto como principal Mario Casas, nominado como él a los Feroz, aunque en el apartado de reparto.


Si existiera la categoría de mejor actor de comedia, Quim Gutiérrez sería a día de hoy uno de los favoritos indiscutibles a alzarse con el premio gracias a ¿Quién mató a Bambi?, de Santi Amodeo, donde el actor nos desvela un pulso cómico de la mejor ley, sustentado en una comicidad histriónica altamente efectiva en gran consonancia con el tono exagerado y disparatado de la función. La pega, de cara a una posible nominación a los Goya, es que, salvo gloriosas excepciones, la comedia nunca ha figurado entre las debilidades de una Academia que, además, ya cuenta con el trabajo de Javier Cámara en Vivir es fácil con los ojos cerrados como la mejor representación del género. Su opciones, además, han perdido peso debido a que, incluso habiendo estrenado la friolera de cuatro películas este año, la crítica española no le ha tenido en cuenta para la composición de sus nominados a los Premios Feroz, ni siquiera por su labor en una de las cintas más nominadas: La gran familia española.


Lo mismo se podría decir de las opciones de Ernesto Alterio por la misma película, aunque es obligado señalar que de colarse entre los cuatro finalistas, sería con todo el merecimiento del mundo, pues, aunque evidencia cierta desorientación en algunas escenas de transición, la estrella logra estamparnos luego un jocoso y sádico recital de primera, de esos que elevan el listón de cualquier función. Lo tiene difícil Alterio, aunque confiamos en que disponga en años sucesivos de mejores oportunidades para ganarse esa tan merecida tercera nominación al Goya que se le viene resistiendo desde hace unos años.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Claudia Llosa volverá al Festival de Berlín con su próxima película.


Nos informan por nota de prensa que la directora Peruana afincada en España, Claudia Llosa, que ya ganó el Oso de Oro con La teta asustada (2009), por la que también fue nominada al Oscar en la categoría de mejor película extranjera, volverá este 2014 a formar parte de la Sección Oficial del prestigioso Festival de Berlín con su última película, No llores, vuela.


Se trata de un film protagonizado por Jennifer Connelly, Cillian Murphy, Mélanie Laurent y Oona Chaplin, una producción de José María Morales (Wanda Vision) e Ibon Cormenzana (Arcadia), con la participación de TVE, CANAL+ y TV3. Coproducida por Canada y Francia y rodada íntegramente en Canadá.

En ella, a través de una madre (Jennifer Connelly) y un hijo (Cillian Murphy) nos sumergimos en el pasado, marcado por un accidente que les separa. Ella se convertirá en una famosa artista y sanadora, él en un peculiar cetrero que vive marcado por las huellas de una doble ausencia. En el presente, una joven periodista (Mélanie Laurent) propiciará un encuentro entre ambos que nos hará cuestionarnos el sentido de la vida y del arte, para plantearnos la posibilidad de asumir una vida plena a pesar de las incertezas.



Quiniela a los Premios Goya 2014 (V): Mejor Actriz Secundaria.

Más que despejar las dudas, el anuncio de las nominaciones a los I Premios Feroz no ha hecho más que incentivar el desconcierto que despierta la categoría a la mejor actriz secundaria para esta próxima edición de los Premios Goya. Con solo una favorita realmente clara hasta la publicación de la lista de pre-candidatas confeccionada por los productores de cada cinta, cuando fue seleccionada como secundaria Maribel Verdú, en lugar de como principal, nuestra anterior quiniela para esta categoría se encuentra, a estas alturas, desfasada, mucho más con el visionado de la plana mayor de la producción nacional susceptible de nominación ya hecho. Todavía está por demostrar si los Premios Feroz funcionan como una verdadera y fiable antesala a los Premios Goya, algo que se pondrá de manifiesto en el modo en el que repercutan sus nominados en los finalmente escogidos por la Academia. Aún a riesgo de equivocarnos por completo, lanzamos nuestro último ránking a la mejor actriz secundaria, elaborado desde un subjetivo deseo personal, mezclado con una considerable intuición.

1. Susi Sánchez, por 10.000 noches en ninguna parte.
2. Terele Pávez, por Las brujas de Zugarramurdi.
3. Maribel Verdú, por 15 años y un día.
4. Rossy de Palma, por 3 bodas de más.
5. Petra Martínez, por Todas las mujeres.
6. Verónica Echegui, por La gran familia española.
7. Nathalie Poza, por Todas las mujeres.
8. Rosana Pastor, por La herida.
9. Marta Larralde, por Todas las mujeres.
10. Àgata Roca, por Todos queremos lo mejor para ella.
11. Valeria Bertuccelli, por Pensé que iba a haber fiesta.
12. Macarena Gómez, por Las brujas de Zugarramurdi.
13. Aura Garrido, por Los ilusos.
14. Geraldine Chaplin, por Memoria de mis putas tristes.
15. Clara Segura, por Todos queremos lo mejor para ella.
16. María Botto, por 3 bodas de más.
17. Carmen Machi, por La Estrella.


Reconozcámoslo, Susi Sánchez tiene pocas opciones de llegar a la final. Su trabajo en 15 años y un día, de Gracia Querejeta, ha quedado fuera de cualquier papeleta de voto al competir en su propia casa con el de su compañera en el filme Maribel Verdú. Y el de 10.000 noches en ninguna parte, de Ramón Salazar, tiene en contra la arriesgada naturaleza de la película, que tampoco parece muy bien situada de cara a recibir nominaciones este año. Una verdadera lástima. Desde aquí, lanzamos una baza a favor del trabajo de Sánchez en la película de Salazar, única e importante razón de peso para visionar 10.000 noches en ninguna parte, pues tan artificiosa película sirve una arriesgada y purgativa performance por parte de una excepcional y dolorosamente minuciosa Susi Sánchez, como la alcoholizada y decadente madre del protagonista, en un trabajo pormenorizadamente vívido, hiriente, de esos que traspasan la pantalla y se pegan al alma, congelándola. Sin dejar hueco para la compasión fácil, Susi Sánchez dota a su trabajo de una permanente hostilidad, mostrándose insoportablemente arisca en su insondable exhibición de amargura, logrando así dar cuerpo al carácter áspero y dolido de su personaje. Es mucha la competencia y su película, a buen seguro, no llamará la atención de los académicos, pero, lejos de toda duda, Susi Sánchez lleva a cabo uno de los trabajos secundarios femeninos más viscerales y complejos del año.



Un mes más, y con el aval que supone una más que cantada nominación a los Premios Feroz bajo el brazo, Terele Pávez sigue presidiendo el ránking de las favoritas en esta categoría. Álex de la Iglesia le ha brindado una más que golosa oportunidad para convencer a los académicos con su bruja vieja en Las brujas de Zugarramurdi, con la que pone en evidencia la maestría, el poderío y la grandiosidad de esta intérprete única, que vuelve a dejarnos alucinados dentro de ese registro malsano, sucio y déspota al que tan frecuente ha sido en sus trabajos para el cine, esta vez dándole una vuelta de tuerca y encarnando a una espeluznante malvada con una insondable ironía. Nadie debe poner en duda que es la favorita indiscutible al premio y, que de resultar finalmente nominada, el Goya a la mejor actriz secundaria debería ser para ella.


Como bien presuponíamos, los productores de 15 años y un día, de Gracia Querejeta, en base a la reñida competencia presente en la categoría principal, han optado por la vía fácil y asegurarse, como mínimo, la nominación de Maribel Verdú, aunque sea en la categoría secundaria. Actriz siempre susceptible de ser nominada, la que con toda seguridad sea la mayor estrella femenina del momento en nuestro cine, gana opciones en las quinielas gracias a que 15 años y un día sea la definitiva seleccionada por la Academia para representarnos a los Oscar. Sin embargo, su injusto olvido entre las finalistas a los Premios Feroz no resulta un dato demasiado halagüeño. Eso y que aún está muy reciente su segundo Goya. Tampoco en esta categoría, a pesar de su obvia condición de favorita, lo tendrá fácil la Verdú, aunque merecería llegar a la final por marcarse una interpretación como la que lleva a cabo en 15 años y un día, ajustadísima, de muchos matices, y apechugando con un arriesgado monólogo en un largo plano secuencia.


3 bodas de más, la comedia de Javier Ruiz Caldera, es una de las favoritas en los recién anunciados Premios Feroz. Atesora 7 nominaciones y una de ellas reconoce la fabulosa aportación que lleva a cabo Rossy de Palma como la madre de la protagonista, lo cual no hace más que confirmar las notables expectativas que había despertado el regreso al Cine Español de Rossy de Palma, cuyas cortas intervenciones se cuentan entre los grandes aciertos cómicos de la función y que, según glosan todas las quinielas, podrían regalarle a la actriz su tercera nominación al Goya, la primera lejos del universo Almodóvar. No sería nada descabellado, pues la desquiciada y altisonante ejecución que lleva a cabo la actriz de su personaje, pone en evidencia la retorcida y descomunal vis cómica de una intérprete altamente desaprovechada por nuestra industria. Puede jugar en contra de sus posibilidades la ligereza y escasa estructura dramática de su personaje, sobre todo en comparación con el de muchas de sus oponentes, pero otros empeños tan jocosamente livianos como el suyo ya se han colado entre las finalistas en ediciones anteriores.


De todas las actrices de Todas las mujeres, de Mariano Barroso, era a la que menos opciones le veíamos de llegar a la final por el Goya, hasta que la Asociación de Informadores del Cine reconoció su valía incluyéndola entre las finalistas en esta categoría a los Premios Feroz. Digno y merecido reconocimiento que nos predispone a pensar en las serias posibilidades de obtener el reconocimiento goyesco que lleva ya años mereciendo Petra Martínez, a la que la Academia ha llegado a olvidar en múltiples ocasiones, por trabajos que rozan la perfección y que se cuentan como los mejores ofrecidos por una actriz para nuestro cine en los últimos años (La soledadNacidas para sufrirMientras duermes). Su participación en Todas las mujeres no está a la altura de estos, pero sí destila mala uva con una clase y elegancia desbordantes, razones más que suficientes para que la Academia la incluya, de una vez por todas, entre las finalistas al Goya.


Ser la única protagonista femenina de un reparto coral como el de La gran familia española debe tener alguna ventaja. Y no es otra que el de lograr destacar de forma natural en cada secuencia que se te dedique. Pero no solo eso, porque Verónica Echegui vuelve a dar una lección de naturalidad y frescura con su papel en la película de Daniel Sánchez Arévalo, demostrando que merece ser considerada, con toda justicia, una de las mejores y más preparadas actrices de su generación. A pesar de ello, había perdido fuerza en nuestros anteriores ránkings y sus opciones pasaban más porque la cinta arrasase en el reparto de candidaturas que porque su trabajo llegase a destacar por méritos propios. La competencia es dura y este año no parecía ser el de Verónica Echegui hasta que La gran familia española se ha impuesto como una de las grandes favoritas a los recién creados Premios Feroz, con 6 candidaturas, una de ellas para Echegui, que vuelve a dar alas a sus posibilidades de cara a los Goya.

Todas las mujeres, de Mariano Barroso, posee notables argumentos para rascar, por lo menos, una nominación en esta categoría. Tras la nominación a los Feroz de Petra Martínez, del ramillete de actrices que secundan a Eduard Fernández, quizás sea Natahalie Poza la segunda que parta con mayor ventaja, al resultar su intervención absolutamente impagable, mostrándose la intérprete excelsa como esa psicóloga desconcertada ante la historia del protagonista. Con una estimulante entereza y no poca ironía, Poza se vuelve inolvidable en la película y no resultaría nada desproporcionado verla figurar entre las cuatro finalistas.


Poco le permite La herida, de Fernando Franco, lucirse a la estupenda Rosana Pastor, que ejecuta con emotiva y cauta precisión su papel de madre desorientada, que no alcanza a comprender la actitud de una hija con la que parece no tener nada en común. Pocas dosis de lucimiento, como decíamos, que podrían no ser impedimento para que la actriz sumase su cuarta nominación al Goya, sobre todo cuando se ha demostrado la predilección que siente la Academia hacia su persona, habiéndola nominado con anterioridad por empeños, a priori, tan notorios como el que aquí desempeña.

Detrás de Poza, la que mayores parabienes anda recibiendo desde el estreno de Todas las mujeres está siendo Marta Larralde, actriz a la que le ha costado hacerse notar dentro de la industria, pero que hace tiempo viene mereciendo una justa revaloración a todos los niveles. Una nominación al Goya en esta categoría podría ser un buen comienzo, sobre todo por la agradecida naturalidad con la que lleva a cabo toda su intervención en la película, haciendo con su trabajo que lo impostado de algunos momentos en los que participa, resulte siempre cargado de verosimilitud.


Aunque podría haber sido seleccionada como revelación, la productora de Todos queremos lo mejor para ella ha lanzado la candidatura de Àgata Roca como secundaria, lo que hace aún más difícil su presencia entre las cuatro finalistas. Lo que sí debe quedar claro es que las opciones de la intérprete descansan en ofrecer un trabajo que ha sido alabado incluso por la crítica especializada, algo no muy frecuente tratándose de un empeño tan reducido, que pone en evidencia el desperdicio cinematográfico al que se encuentra sometida, dada la agudísima y soterrada vis cómica con la que afronta la práctica totalidad de su participación en la piel de esa neurótica hermana.


Siendo sinceros, pocas posibilidades le vemos a la argentina Valeria Bertuccelli de llegar a la final por el Goya y más por una cinta como Pensé que iba a haber fiesta, de Victoria Galardi, co-producción con Argentina que todavía no ha llegado si quiera a las salas comerciales. De todos modos, no desmerecería de tal pues vuelve a demostrar lo bien que se le da componer el carácter interno de un personaje mientras en su superficie exhibe su extraordinaria capacidad para la verborrea ligera, construyendo con mucho menos tiempo en pantalla que su compañera (Elena Anaya), un rol de primeras adusto y agrio, pero en el fondo amable y hermosamente honesto. De su actuación apenas podría decirse que supera una exquisita corrección, si no fuera por el despliegue que se le permite en la recta final, donde Bertuccelli brilla por la naturalizada exposición que lleva a cabo de las oscilaciones emocionales de su personaje.


Divertido y resuelto trabajo el desempeñado por Macarena Gómez en Las brujas de Zugarramurdi, por la que lleva ya unas semanas sonando fuerte en las quinielas. Lo tendrá difícil al coincidir con su compañera de reparto, la favorita indiscutible, Terele Pávez. Y porque, además, su trabajo, lejos del disfrute que puede ocasionar visionarla en su registro más desquiciado, poco más ofrece que sea digno de mención, sobre todo comparado con la abultada competencia que la precede en este ránking. Una nominación a los Premios Feroz hubiera servido de empuje a sus opciones, pero esto, lamentablemente, no ha sucedido.


En nuestra primera quiniela para esta categoría, Aura Garrido se imponía como la única opción viable para componer la lista de nominadas. El tiempo ha pasado, pero su trabajo en Los ilusos, de Jonás Trueba, sólo ha perdido opciones al Goya precisamente por encontrarse en un film distribuido solamente a través de canales de arte y ensayo. Por lo demás, seguimos recordando con no poca admiración el honesto y sencillo trabajo desempeñado por la actriz, sin duda, la presencia más luminosa y magnífica de una de las, seguramente, mejores películas del año. Su aparición en Los ilusos se produce para generar poesía visual dentro de la película y la actriz, rebosante de naturalidad, se hace inolvidable. No obstante, está claro que sus verdaderas opciones a los Goya de este año se encuentran en la categoría principal.


Tampoco parece muy bien posicionado el trabajo de la gran Geraldine Chaplin en la insípida Memoria de mis putas tristes, en un papel que, eso sí, se ajusta a su medida, como esa envejecida e incapacitada madame, que la intérprete acomete con endiablada desfachatez, convirtiendo sus frecuentes secuencias en verdaderos deleites para cualquier aficionado. Demostrando, de paso, con tremendo y espléndido despliegue, derrochando una energía y un ritmo deslumbrantes y convirtiéndose en lo mejor de la función, la capacidad y el talento inherentes a las grandes intérpretes cinematográficas, capaces, como Chaplin en Memoria de mis putas tristes, de vencer y anular las limitaciones de un pobre y mal dibujado personaje. Una intérprete de su categoría siempre resulta una incontestable candidata, a pesar de que la película en la que intervenga desmerezca recibir nominaciones a los Goya (como es el caso).


Clara Segura es otra de esas intérpretes cuyo nombre lleva sonando en las quinielas a los Premios Goya desde hace varias ediciones sin obtener resultado. Este año no parece que vaya a ser diferente, pero su trabajo en Todos queremos lo mejor para ella, de Mar Coll, bien merece contarse en este ránking, pues la actriz exhibe en él su talento sin complejos, llegando incluso a resultar deseable tras esa apariencia de madre de familia distendida.


Aunque nos alegremos enormemente de la ladina y venenosamente feliz recuperación para el cine de María Botto producida en la comedia 3 bodas de más, de Ruiz Caldera, nos tememos que el personaje de esa falsamente adorable jefa de la protagonista, una arpía de la peor calaña, que la actriz hace francamente inolvidable gracias a su irresistible dominio del ritmo y la cadencia veladamente cómica de su seductora sonrisa; no será el papel por el que la Botto volverá a lidiar por un Goya que, ciertamente, viene mereciendo hace tiempo.


Por último, reseñar a una de las habituales en todas las quinielas que, como viene siendo habitual también (por desgracia), probablemente tendrá que esperar a futuras ocasiones para conseguir una más que merecida nominación al Goya. Hablamos de Carmen Machi, quien en La Estrella, de Alberto Aranda, se involucra con sobriedad en la piel de su ama de casa maltratada y sortea con éxito el cliché inherente a su personaje y, al mismo tiempo, logra desprenderse moderadamente del personaje televisivo que la hizo famosa y en cuyos brazos podría haber sido fácil caer en determinados pasajes. Dar vida en la pantalla a una mujer víctima de la violencia de género puede sumar puntos a su favor, pero el alcance mediático y comercial de la película fue tan reducido que, nos tememos, Machi no figurará entre las finalistas.