Karra Elejalde regresa el viernes a los cines.

Repasamos la filmografía del actor cuando regresa a la comedia con "Ocho apellidos vascos".

Palmarés XXIII Premios de la Unión de Actores.

"Caníbal", de Manuel Martín Cuenca, una de las vencedoras con 2 premios.

17º Festival de Málaga. Cine Español.

La Sección Oficial está compuesta por 15 largometrajes muy esperados para este 2014.

17º Festival de Málaga. Cine Español.

Seis títulos integran la sección paralela, competitiva, Zonazine, el espacio independiente.

17º Festival de Málaga. Cine Español.

Málaga Premiere y Estrenos Especiales completan la oferta de novedades del certamen.

sábado, 12 de octubre de 2013

Marian Álvarez nos hiere de un mazazo en la conciencia.


El visionado de La herida, de Fernando Franco, no es fácil. Y no tiene por qué serlo. Primero porque lo que el debutante realizador nos propone es un viaje sin concesiones hacia un estado emocional que de desagradable, por inhóspito e incómodo, se hace difícil de soportar. Segundo porque La herida no pretende contarnos una historia al uso, sino que a lo que realmente aspira, y consigue con noqueante destreza, es a estamparnos con un golpe seco el proceso emocional, psíquico y sentimental por el que deambula sin mucha conciencia del mismo el personaje protagonista. Para ello, la opción de que toda la puesta en escena quede al servicio del personaje resulta ser no ya la opción más indicada, sino también la más respetuosa. De ahí que Franco literalmente pegue su cámara a la nuca de su actriz protagonista y nos obligue a seguir sus pasos, un tanto a la deriva, en un viaje inconsciente de malestar e insalubridad psicológica y afectiva.


Porque Ana, su criatura, padece serios problemas para gestionar adecuadamente sus modos de relacionarse con los demás e incluso consigo misma, lo que la lleva frecuentemente a autolesionarse. Retrato seco, árido y despojado de una persona afectada por el Síndrome de Borderline, La herida no quiere indagar en las causas ni en las consecuencias, no arriesga a ser maniqueísta ni propicia un mensaje o un discurso con el que sentirse más de acuerdo o no. En este latigazo cinematográfico, la cámara sólo asiste, como otro espectador más, a la cruda manifestación de la soledad en la que vive inmersa, angustiada y extraviada, la protagonista. Y es por ello por lo que se hace tan insoportable mirar esta película, porque la sensación de realidad que transpira toda la puesta en escena resulta insondable, lo que genera una dolorosa impotencia en el ánimo de un servidor, sobre todo ante la vívida contemplación de esa atmósfera enraizada que se desprende de los pensamientos y actos de Ana.


Hacía tiempo que un filme no llegaba a remover tanto la reflexión y la autoconsciencia en el respetable. La herida lo logra gracias a ese audaz manejo del tempo cinematográfico, que parece acompasarse con la propia respiración del personaje. Eso y el inteligente uso del sonido (fuera y dentro de campo), que logran hacer hincapié, aún más si cabe, en la enfermiza soledad en la que vive Ana y donde no es díficil sentirse identificado por momentos, lo que termina proporcionándonos una insostenible sensación de pánico. Por ello es de toda justicia señalar a esta película no ya solo como el mejor debut cinematográfico de lo que llevamos de año, incluso de los últimos años, sino como uno de los filmes más redondos y compactos de nuestra cinematografía. Un estoico y contundente ejercicio de estilo, capaz de noquear desde una impertérrita frialdad narrativa.


Algo de lo que La herida tiene mucho que agradecer al heróico trabajo llevado a cabo por Marian Álvarez. Decir que la película es ella puede ser la vía fácil para expresar que sin su salto sin red a las mismas entrañas de su personaje, La herida no supondría el mazazo a la conciencia que concluye siendo. Porque la actriz evoluciona desde la primera secuencia hasta el final completamente enfrascada en la piel de Ana, exponiendo sin estridencias y sin tabúes de ninguna clase, todos los pormenores, todos los entresijos, que construyen la precaria situación psicológica y emocional de su personaje. La generosa planificación de Franco, a través de planos secuencia, le sirven a Álvarez en bandeja la oportunidad de crear y confeccionar sin cortapisas el entramado interno de su rol, lo que nos invita a hablar de un modélico trabajo interpretativo, que debería ser ya objeto de estudio en cualquier escuela de interpretación. Convenientemente arropada en el reparto por un sobrio Manolo Solo, una emotiva Rosana Pastor, un tierno Ramón Barea y un gélido Andrés Gertrúdix, Marian Álvarez soporta con maravillosa autenticidad todo el peso de una película que, con y por ella, esculpe en nuestra consciencia una herida tan honda que duele solo contemplarla.


Puntos fuertes a los Goya 2014:
- Mejor Película.
- Mejor Dirección Novel: Fernando Franco.
- Mejor Guión Original: Fernando Franco y Enric Rufas.
- Mejor Actriz: Marian Álvarez.
- Mejor Fotografía: Santiago Racaj.
- Mejor Maquillaje y/o Peluquería: Ana Renedo.
- Mejor Montaje: David Pinillos.
- Mejor Sonido: Nacho Arenas y Aitor Berenguer.

viernes, 11 de octubre de 2013

Llega el "Caníbal" de Antonio de la Torre para devorar la cartelera.

¡¡¡Ya es viernes!!! Llegamos al fin de semana de la que comenzaba como una de las semanas más negras de nuestro cine, a tenor de la batalla campal entablada a principios de la misma entre el titular del Ministerio de Hacienda y el sector cinematográfico patrio. Por suerte, la sangre no llegó al río y a día de hoy, además, podemos presumir de haber asistido a una semana algo inusual en lo que a la taquilla se refiere y es que, cuatro, nada menos que cuatro títulos españoles, se han mantenido dentro del Top10 de las más vistas.

La mejor posición ha correspondido al estreno más fuerte del fin de semana pasado, Zipi y Zape y el club de la canica, de Oskar Santos, que se ha aupado al segundo lugar del ránking con unos nada desdeñables 1.451.496€ recaudados. Por su parte, Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia, ha perdido la primera plaza y ha descendido a la tercera, recaudando, eso sí, 1.105.244€ más (-34,1%), logrando un acumulado para su segunda semana en exhibición de 3.278.632€. Justin y la espada del valor, de Manuel Sicilia, ha perdido un 54,1% de recaudación en su tercer fin de semana, exactamente 388.291€ descendiendo a la sexta posición, lo que indica que el producto ya anda dando síntomas de agotamiento, con un acumulado de 2.287.917€. La cuarta potencia del finde ha sido La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo, que se mantiene en la séptima plaza, con una recaudación de 339.270€, sólo un 43,3% menos con respecto a la semana anterior, lo que no está nada mal si tenemos en cuenta que hablamos de su cuarto fin de semana de carrera comercial, con una recaudación total de 3.383.332€. El otro estreno importante del viernes pasado, La herida, de Fernando Franco, en virtud del escaso número de copias en circulación, se ha estrenado directamente en el puesto número 19, con unos 43.714€ recaudados.

La peli del finde.


Hoy sólo desembarca un título de ficción en las carteleras, pero su importancia en la esfera global del cine patrio del año es tal que nos basta y nos sobra. Llega a las salas la esperadísima nueva película de Manuel Martín Cuenca, Caníbal, éxito de crítica absoluto en el pasado 61º Festival de Cine de San Sebastián, uno de los cuatro títulos pre-seleccionados por la Academia para representarnos a los próximos Oscar y, seguramente, una de las grandes favoritas a acumular nominaciones en la próxima edición de los Premios Goya. Ganadora del premio a la mejor fotografía precisamente en San Sebastián, Caníbal supone una vuelta de tuerca sobre un tema algo manido ya en el cine: el canibalismo. En este thriller psicológico, Carlos es el sastre más prestigioso de Granada. Un hombre respetable. Sus pasiones son el trabajo y sobre todo la comida, pero no come cualquier cosa: se alimenta de mujeres desconocidas, con las que no tiene ningún vínculo emocional. Esa situación cambia el día en que conoce a Nina, una joven rumana que busca desesperadamente a su hermana gemela, que ha desaparecido hace unos días.


Es tanta la expectación suscitada por su estreno que su distribuidora, la independiente Golem, pone en circulación nada menos que 61 copias (40 digitales y 21 analógicas), lo que supone su máximo en este 2013. La apuesta es firme y segura y es que Caníbal ha sido literalmente ensalzada a los altares de la perfección por casi toda la prensa especializada. Así, Luis Martínez, desde San Sebastián, comentaba en El Mundo: "su virtud no es tanto su fino olfato para la metáfora como la sensación física de impudor que transmite el protagonista de esta historia"; Oti Rodríguez Marchante, en ABC, iba incluso más allá: "es curioso cómo el director aparta con naturalidad lo policial del suspense, y anima a fijar la mirada en su peculiar lenguaje, que provoca tensión puramente visual mediante claves muy distintas a la del cine policíaco"; e Irene Crespo, para Cinemanía, nos desvela algo más de ella: "una inquietante y cruda (pero a la vez muy hecha, ya que empezamos con la metáfora culinaria…) historia de amor con una impresionante pareja protagonista: Antonio de la Torre y Olimpia Melinte".


Nadie duda que uno de los ganchos primordiales de Caníbal es la composición que de su protagonista efectúa el genial Antonio de la Torre, en un, parece ser, modélico trabajo que a buen seguro le hará ser uno de los grandes favoritos al Goya al mejor actor del año. Posibilidades de Goya no le faltan tampoco a su compañera de reparto, la actriz rumana Olimpia Melinte, que podría significar una de las mejores y más logradas revelaciones de los últimos tiempos en el Cine Español. Junto a ellos, en papeles secundarios, el escueto reparto de Caníbal se completa con el concurso de la veterana María Alfonsa Rosso y la participación de Joaquín Núñez, último ganador del Goya al mejor actor revelación.


Hasta aquí los estrenos españoles de ficción del fin de semana. Aunque, no quiero despedirme sin recordaros que De la Torre no es el único intérprete nacional que se marca un recital en los cines este viernes y es que también se estrena la producción argentina El médico alemán (Wakolda), de Lucía Puenzo, donde nuestro inefable Álex Brendemühl parece realizar un escalofriante retrato del médico, antropólogo y criminal de guerra nazi Josef Mengele, en un trabajo saludado también con una fantástica recepción crítica. Así que, que el IVA del 21% no nos eche para atrás, porque la calidad de lo que se estrena queda fuera de toda duda.

¡¡Un saludo, Sinvergüenzas!!

jueves, 10 de octubre de 2013

Quiniela a los Premios Goya 2014 (III): Mejor Actriz Secundaria.

Intentamos desentrañar ahora la que quizás sea la categoría interpretativa más cuestionable, pues es de todos conocido que algunos de los trabajos seleccionados en pasadas ediciones para competir por el Goya no merecían tamaño honor, perjudicando a otros que sí y que se quedaron fuera de la terna final. En lo que llevamos de año, ya hemos podido visionar algunos que, de resultar seleccionados, podrían dignificar como merece una categoría de semejante calibre. 

1. Terele Pávez, por Las brujas de Zugarramurdi.
2. Susi Sánchez, por 15 años y un día.
3. Verónica Echegui, por La gran familia española.
4. Belén López, por 15 años y un día.
5. Susi Sánchez, por La fotógrafa.
6. Aura Garrido, por Los ilusos.
7. María Molins, por Hijo de Caín.
8. Carmen Machi, por La Estrella.


Después de cuatro nominaciones infructuosas, si Terele Pávez volviera a ser nominada a un Goya no debería haber nadie que osara ni tan siquiera toserle. Y este año, Álex de la Iglesia le ha brindado una más que golosa oportunidad para convencer a los académicos. Su bruja en Las brujas de Zugarramurdi pone en evidencia la maestría, el poderío y la grandiosidad de esta intérprete única, que vuelve a dejarnos alucinados dentro de ese registro malsano, sucio y déspota al que tan frecuente ha sido en sus trabajos para el cine, esta vez dándole una vuelta de tuerca y encarnando a una espeluznante malvada con una insondable ironía. Todavía queda mucho, pero se dice y se rumorea que el Goya a la mejor actriz secundaria lleva ya su nombre.


La más firme contrincante del anterior monstruo de la interpretación es, a día de hoy, la veterana Susi Sánchez, por 15 años y un día. Nunca nominada, la actriz se pasea estoica y confiada por la puesta en escena de la película de Gracia Querejeta robando planos sin parar, hasta el emocionante y sensible clímax que supone su enfrentamiento cara a cara con su ex-marido, personaje que interpreta Fernando Valverde. Además, el que la película haya sido finalmente la elegida para representarnos a los Oscar, la refuerza en las quinielas, aunque, siendo honestos, desde aquí prefiramos que su nominación se produzca por otro de sus papeles este año, concretamente el de La fotógrafa (ver más abajo).


Ser la única protagonista femenina de un reparto coral como el de La gran familia española debe tener alguna ventaja. Y no es otra que el de lograr destacar de forma natural en cada secuencia que se te dedique. Pero no solo eso, porque Verónica Echegui vuelve a dar una lección de naturalidad y frescura con su papel en la película de Daniel Sánchez Arévalo, demostrando que merece ser considerada, con toda justicia, una de las mejores y más preparadas actrices de su generación.


Figurar en el reparto de la película seleccionada para los Oscar ha reforzado las opciones de Belén López de cara a los Goya. Y es que, apechugando con el personaje menos descrito de toda la función, la sevillana se impone pronto en uno de los motores de la misma, inyectando a sus intervenciones un hálito de vida indispensable para sacar al personaje del plano lineal en el que podría haber quedado e insuflarle un emotivo y sensible subtexto que refuerzan y justifican el carácter distante y varonil de su rol. Sus opciones a esta categoría pasan porque los productores de la cinta, en una pirueta para ganar votos, no la propongan como revelación.


Ya lo dijimos en su correspondiente crítica y llega el momento de repetirse. Susi Sánchez merece aspirar al Goya a la mejor actriz secundaria este año, sobre todo, por el fabuloso trabajo que llevaba a cabo en La fotógrafa, de Fernando Baños Fidalgo. Y es que sólo su presencia caldea en muy poco tiempo el nivel empático de la cinta, logrando además, con pocas pero decisivas escenas, componer un personaje de lo más potente, una mujer herida que busca venganza en su inefable verdugo, a través de un matizadísimo y ejemplar trabajo de exposición interpretativa, sin artificios, sobrio y contenido y que permanece en todo momento feliz y sentidamente apegado a una radiante naturalidad. Lejos de toda duda, el mejor y más premiable trabajo cinematográfico que este servidor le ha visto a la actriz hasta la fecha.


En nuestra primera quiniela para esta categoría, Aura Garrido se imponía como la única opción viable para componer la lista de nominadas. El tiempo ha pasado, pero su trabajo en Los ilusos, de Jonás Trueba, sólo ha perdido opciones al Goya precisamente por encontrarse en un film distribuido solamente a través de canales de arte y ensayo. Por lo demás, seguimos recordando con no poca admiración el honesto y sencillo trabajo desempeñado por la actriz, sin duda, la presencia más luminosa y magnífica de una de las, seguramente, mejores películas del año. Su aparición en Los ilusos se produce para generar poesía visual dentro de la película y la actriz, rebosante de naturalidad, se hace inolvidable.


Es poco probable que a estas alturas del año (y con todo lo que todavía nos está por llegar a las salas) el trabajo de María Molins escale posiciones que la beneficien de cara a una nominación al Goya gracias a Hijo de Caín, de Jesús Monllaó. No obstante, no queremos dejar pasar la oportunidad de recordar lo formidable de su presencia en la cinta, en un estupendo y matizadísimo empeño, tremendamente empático siempre, añadiendo a su participación una formidable carga dramática.


Por último, reseñar a una de las habituales en todas las quinielas que, como viene siendo habitual también (por desgracia), probablemente tendrá que esperar a futuras ocasiones para conseguir una más que merecida nominación al Goya. Hablamos de Carmen Machi, quien en La Estrella, de Alberto Aranda, se involucra con sobriedad en la piel de su ama de casa maltratada y sortea con éxito el cliché inherente a su personaje y, al mismo tiempo, logra desprenderse moderadamente del personaje televisivo que la hizo famosa y en cuyos brazos podría haber sido fácil caer en determinados pasajes. Dar vida en la pantalla a una mujer víctima de la violencia de género puede sumar puntos a su favor, pero el alcance mediático y comercial de la película fue tan reducido que, nos tememos, Machi no figurará entre las finalistas. ¡Ojalá nos equivoquemos!

ATENTOS A:


Tras ver el tráiler de Todos queremos lo mejor para ella, el esperado segundo largometraje de Mar Coll, a nadie le cabe duda de que la estrella argentina Valeria Bertuccelli será una de las grandes bazas del filme, lo que podía traducirse en una nominación al Goya. Todo hace indicar que su presencia en las quinielas será bastante fuerte a partir del próximo mes.


Desconocemos el peso específico que tendrá el personaje de Clara Segura también en Todos queremos lo mejor para ella, de lo que sí nos atrevemos a hablar es de que, sea cuál sea éste, seguro encontraremos un trabajo formidable por parte de la actriz, como viene siendo norma. No por otro motivo, se la empieza a considerar ya una injusta olvidada a los Premios Goya.


Algo de esto último sucede también con la veterana María Alfonsa Rosso, que este mismo viernes estrena en los cines Caníbal, de Manuel Martín Cuenca. Formar parte del pequeño reparto de una de las películas más destacadas del año es una garantía para captar la atención de los académicos.


Todas las mujeres, de Mariano Barroso, nos promete estupendos trabajos por parte de un elenco mayoritariamente femenino. Otra cosa es que la Academia se acuerde de todas ellas. Quien más puntos parece tener de cara una posible nominación es la magnífica veterana Petra Martínez, actriz a la que la Academia ha venido ninguneando descaradamente de unos años a esta parte no nominándola por auténticos recitales interpretativos.


La siguiente con más opciones parece ser Nathalie Poza, actriz que viene prodigándose bastante poco en la gran pantalla (para lo que desearíamos), pero goza de un merecido prestigio dentro de la profesión. Su trabajo en Todas las mujeres promete ser de lo mejorcito del año.



Parece que ni Michelle Jenner ni Marta Larralde tendrán muchas opciones junto a tremendas compañeras de reparto, pero también es cierto que ambas son unas curtidas intérpretes que, pese a su juventud, ya han dado forma a unas trayectorias bastante interesantes. La primera anda en boca de todos por su éxito televisivo y eso podría dar alas a sus opciones. Y a la segunda, hace tiempo que se la viene deseando ver nominada de una vez por todas.


Tres bodas de más, la comedia de Javier Ruiz Caldera, promete el retorno a la gran pantalla de dos actrices a las que se las venía echando en falta hace tiempo. Es posible que la Academia celebre el regreso a nuestra industria de Rossy de Palma y la vuelta de María Botto al cine con alguna que otra nominación al Goya.


Remotas parecen, a priori, las posibilidades de Ariadna Gil de resultar nominada por Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, sobre todo porque su participación en uno de los filmes del año parece que quedará reducida a una colaboración. Aún así, a Terele Pávez la nominaron por menos en Balada triste de trompeta (2010), de Álex de la Iglesia, y a Vicky Peña por incluso menos todavía en El cónsul de Sodoma (2009), de Sigfrid Monleón.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Inma Cuesta tendrá sus "Bodas de sangre" en 2014.



Tras triunfar en el teatro con la nueva versión de "Ay, Carmela", dirigida por Andrés Lima, Inma Cuesta seguirá su ascenso imparable dentro de la órbita artística de nuestro cine el próximo año y lo hará, nada menos, que protagonizando uno de los que se vislumbra ya como título importante del próximo curso: la nueva película de Paula Ortiz, que llevará por título La Novia, una adaptación libre de la obra "Bodas de sangre", de Federico García Lorca, cuyo rodaje está previsto que comience en abril próximo en Turquía, en la Capadoccia turca, para luego seguir desarrollándose en Los Monegros (Zaragoza).

Según una nota de prensa hecha pública por la productora Get in the Picture Productions, fundada en noviembre de 2012 en Barcelona por la propia Ortiz, Rosana Tomás y Álex Lafuente, La Novia será "ante todo y sobre todo, una gran historia de amor, una de las tragedias más bellas del imaginario español", que supone "una reflexión feroz sobre el amor y la muerte"

Además de en la Capadoccia turca, el rodaje se desarrollará en Los Monegros (Zaragoza), en busca de un "paisaje hipnótico" que "envuelve a unos personajes fascinantes, equiparables al Romeo y Julieta de la cultura anglosajona, dentro del universo mediterráneo", continúa la nota. El argumento de La Novia gira alrededor de la boda entre "El Novio" y "La Novia", como ocurre en la tragedia lorquiana en la que se inspira. El tercer vértice del triángulo lo compone Leonardo, con quien la protagonista mantiene un especial vínculo desde niños. La víspera de la boda, aparecerá una misteriosa y anciana mendiga, que le entregará a la protagonista dos puñales de cristal y un consejo: "No te cases si no le amas".

Producida junto a Mantar Film (Turquía) y REC Films (España), el film cuenta además con la participación de Televisión Española y el ICAA, así como la de la Diputación Provincial de Zaragoza. Y en su reparto parecen estar ya confirmados Leticia Dolera, Luisa Gavasa y Carlos Álvarez Novoa, los tres integrantes del elenco del debut de la directora aragonesa, De tu ventana a la mía (2011), que ganó el Premio Pilar Miró al mejor director novel en la 56ª Semana Internacional de Cine de Valladolid y tres nominaciones al Goya, incluida la de mejor dirección novel.

Mucho antes, Cuesta tendrá la oportunidad de alzarse como la Reina de la Comedia Española con el esperado estreno a finales de este año de Tres bodas de más, de Javier Ruiz Caldera, en cuyo tráiler ya se puede apreciar la sugestiva vis cómica de la intérprete.

Quiniela a los Premios Goya 2014 (III): Mejor Actor Secundario.

Dentro del campo interpretativo, ésta es la categoría más imprevisible de todas, en la que, incluso, es frecuente el que el número final de candidatos se aumente de cuatro a cinco (seis en la edición correspondiente al año 1989) debido al empate de votos entre algunos de los nominados. Por lo que, cualquier conjetura puede resultar bastante alejada de la realidad definitiva. A día de hoy, los siguientes trabajos son los que más opciones deberían tener de figurar dentro de la terna final, lo que no quita que en los próximos meses los favoritos sean otros.

1. Fernando Valverde, por 15 años y un día.
2. Carlos Areces, por Los amantes pasajeros.
3. Carlos Bardem, por Alacrán enamorado.
4. Enrique Villén, por Las brujas de Zugarramurdi.
5. Javier Bardem, por Alacrán enamorado.
6. Antonio de la Torre, por La gran familia española.
7. Secun de la Rosa, por La mula.
8. Héctor Colomé, por La gran familia española.
9. Jose Coronado, por Los últimos días.
10. Jack Taylor, por Hijo de Caín.


Si hay alguno de todos los posibles candidatos que parezca tener la nominación cantada ese es Fernando Valverde. Su trabajo en 15 años y un día roza la perfección en cada uno de sus planos, estoico, admirable, cargado de humanidad y rebosando empatía en cada frase. La calidez de la que está exenta la cinta de Gracia Querejeta es la que le sobra a la presencia de este veterano. Sus opciones al Goya son triples. Y es que a su estupenda actuación hay que sumar el que representa a la película seleccionada por la Academia de cara a los Oscar y también que ésta supone su vuelta a una pantalla grande después de ocho años, ¿qué mejor manera de homenajear su regreso que con una nominación al Goya?


Aunque estrenada a principios de año, una película de Pedro Almodóvar siempre es susceptible de acaparar nominaciones. Los amantes pasajeros no parece que vaya a arrasar, pero las opciones de Carlos Areces en esta categoría no han hecho más que reforzarse con el paso de los meses. Y es que el camaleonismo demostrado por el actor alcanza tal grado de estupefacción en el respetable que si algo permanece aún hoy en el recuerdo de la película es precisamente él. Cada leve gesto, cada mirada, cada aparición suya son una invitación descarada a la risotada.


Cuenta con el hándicap de que Alacrán enamorado pasó casi sin pena ni gloria por la cartelera y ha llovido mucho desde entonces. Por el contrario y para sorpresa de muchos, la película de Santiago A. Zannou se vio reforzada en la carrera a los Goya tras ser incluida dentro de las cuatro pre-seleccionadas por la Academia para competir por el Oscar. Esto ha evitado que el trabajo de Carlos Bardem pierda opciones, lo cual es de agradecer pues el actor se marca una interpretación implacablemente humanista y sobrecogedora, sobre ese acabado y fracasado boxeador retirado, redimido en entrenador, el personaje más interesante de la función a pesar de su obviedad manifiesta, pero que fue ensalzada como la mejor actuación de la película de manera unánime por toda la crítica especializada.


A estas alturas de la película pensar que un actor de la talla de Enrique Villén aún no tenga un Goya en su poder nos hace preguntarnos si el mundo se ha vuelto loco. Pero así es. Por esta razón, se hace casi obligado pensar en él como uno de los grandes favoritos en esta categoría y porque, además, lleva a cabo un estrambótico trabajo en Las brujas de Zugarramurdi, en una caracterización delirante, hiperbólica, libre de tabúes y prejuicios, por momentos despreciable, otros sumamente divertido, rebosando la maestría que le corresponde a un grande. Rodeado de esa atmósfera insana que recorre toda la película de Álex de la Iglesia, parece como si su trabajo fuera un homenaje encubierto al Igor que inmortalizara Marty Feldman en el clásico Young Frankenstein (El jovencito Frankenstein) (1974), de Mel Brooks.


En una categoría donde priman las sorpresas, nadie pone la mano en el fuego porque no vaya a resultar nominado Javier Bardem, actor que, como bien sabemos, haga lo haga siempre es susceptible de ser nominado e, incluso, premiado. En esta ocasión, no sería nada injusto pues hablamos de la sublime y espléndida colaboración que ejecuta en Alacrán enamorado. Sobrio y espeluznante, ofreciendo verdaderas clases de interpretación en cada una de sus breves y contundentes apariciones, el mayor obstáculo que puede tener son las posibilidades de su hermano, que goza de mayor lucimiento en pantalla.


Otro que haga lo haga siempre estará presente ya en todas las quinielas y más si es, como en este caso, por un nuevo papel al servicio del director que le ha dado su único Goya hasta la fecha, Daniel Sánchez Arévalo. Del abultado reparto de La gran familia española, Antonio de la Torre es el que, a priori, parte con ventaja de cara a una posible nominación y es que su labor en la película roza la genialidad por momentos, siempre ajustado y casi impertérrito en ocasiones, De la Torre logra traspasar la pantalla y exponer sin concesiones los traumas de su personaje con el mínimo de elementos. 


Parecía improbable por la multitud de problemas que habían impedido su estreno, pero La mula, la película que Michael Radford se negó a firmar, nos dejó mejor sabor de boca de lo que esperábamos. Parte de la culpa la tuvo el trabajo de Secun de la Rosa, en un papel poco desarrollado, pero que el actor supo sacar adelante imponiéndose pronto como el elemento cómico del relato, evolucionando con entusiasta soltura y campechanía por toda la película, tantas que aún permanece grabado en la memoria del respetable con no poca ternura y candidez, razones más que suficientes para valorarlo seriamente al Goya.


Lo mismo que con Villén habría que decir sobre Héctor Colomé, la diferencia es que a éste último nunca le han nominado. Quizás vaya siendo hora de enmendar ciertas deudas y esta categoría es muy dada a ello. Puede que el trabajo, cargado de humildad y entereza, que lleva a cabo este veterano de forma admirable en La gran familia española no sea el más acertado para propiciar una más que merecida nominación al Goya que sirva de homenaje a toda una trayectoria, precisamente por el escaso tiempo que se le ofrece en pantalla, pero no lo es menos el que cualquier empeño que se le encomiende a un actor de su categoría merecerá mil veces más una nominación al Goya que cualquier otro.


Queda muy lejos en el tiempo ya el estreno de Los últimos días, de los hermanos Pastor, lo cual nos hace pensar que las verdaderas opciones de la película siguen estando en las categorías técnicas. Por lo cual, el trabajo de Jose Coronado parece estar ya fuera de cualquier apuesta. No obstante, recordemos que llevaba a cabo una espléndida labor que superaba el esquematismo de su rol propiciándonos otro retrato de sucio y fracasado anti-héroe de esos que tan bien sabe sacar adelante y que terminaba siendo inolvidable en el diálogo frente a la hoguera en el interior de la iglesia, donde con pocas y escuetas palabras, lograba conmover el doble que toda la película entera.


Prácticamente ninguna opción debe tener el británico Jack Taylor, de larga y fecunda trayectoria en el Cine Español, pero quede constancia aquí de que su trabajo en Hijo de Caín, de Jesús Monllaó, no desmerecería de resultar finalista a un Goya y es que, aportando una exquisita disciplina y su acostumbrado estoicisimo a un personaje poco desarrollado, Taylor, con una clase indiscutible, transforma un rol secundario y bidimensional en el de más indiscutible interés fílmico, algo que sólo consiguen los grandes.

ATENTOS A:


Otro veterano nunca nominado al Goya y algún que otro motivo ha dado a la Academia para que le tuviesen en consideración. Este año Ramon Fontserè podría convertirse en uno de los favoritos indiscutibles en la carrera gracias a participar en una de las que, se dice y se rumorea, será una de las cintas del año: Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba


Ismael podría significar su cuarta nominación al Goya, el problema es que, a tenor de lo que hemos podido ver en el tráiler, el papel de Sergi López en la película de Marcelo Piñeyro peca de amable y bienintencionado, lo que le resta a la estrella posibilidades ante una Academia fascinada por su lado oscuro, pues siempre que le han nominado ha sido por sus papeles de malvado.


Por ello es probable que su compañero en el reparto, Juan Diego Botto obtenga el favor de la Academia, sobre todo gracias a un personaje que, según se vislumbra, proporcionará al actor suficientes dosis de lucimiento en materia dramática.


Todo lo contrario a lo que nos proporcionará el más reciente ganador del Goya al mejor secundario, un Julián Villagrán que podría repetir galardón gracias a la comedia ¿Quién mató a Bambi?, de Santi Amodeo, donde parece dar un recital cómico de verdadera altura.


Con menos tiempo en pantalla que el anterior, el también más reciente ganador del Goya, esta vez revelación, Joaquín Núñez podría consolidarse en la industria gracias a su papel de colaboración en ¿Quién mató a Bambi?, sin duda alguna el abogado que interpreta parece no tener desperdicio.


Tiene pinta de que Tres bodas de más, de Javier Ruiz Caldera, puede ser la comedia del año y es posible que la Academia lo entienda así también, premiando por ello a algunos de sus intérpretes. El camaleonismo de Paco León podría verse así beneficiado.


Por último, y aunque aún no está confirmada su llegada a las salas, no queremos pasar la oportunidad de señalar las posibilidades que veteranos de la talla de Luis Varela, Jesús Guzmán o, sobre todo, Fernando Esteso (interpretándose a sí mismo, pero en un cambio de registro sorprendente, profundamente dramático), podrían tener si Blockbuster, de Tirso Calero, llegara a conocer una distribución normalizada. Y es que una película de actores que hable sobre los actores tiene siempre a la Academia comiendo en la palma de su mano.


martes, 8 de octubre de 2013

Quiniela a los Premios Goya 2014 (III): Mejor Actriz Revelación.

Por lo estrenado hasta la fecha, esta categoría aún sigue siendo una incógnita. De momento, no hay nombres fuertes que proporcionen interés a esta quiniela, aunque en el horizonte cercano se vislumbran unos cuantos estrenos que, parece ser, harán tambalear las opciones de las aquí presentes.

1. Arantxa Martí, por La gran familia española.
2. Marisol Membrillo, por Somos gente honrada.
3. Bárbara Santa Cruz, por Barcelona, nit d'estiu (Barcelona, noche de verano).
4. Isabelle Stoffel, por Los ilusos.
5. María Castro, por Combustión.
6. Claudia Bassols, por Menú degustación.


De momento, Arantxa Martí es la única que parte con verdaderas opciones de colarse en la terna final por el Goya, no sólo porque su trabajo sea bastante preciso y rebose una naturalidad y frescura del todo contagiosas, sino porque lo hace en una de las películas que, probablemente, más cantidad de votos acumulen. La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo, es una de las cintas que más ha gustado a los académicos este año, lo sabemos por su inclusión entre las cuatro pre-seleccionadas para representarnos a los Oscar, lo que coloca a Martí en una posición bastante privilegiada en la carrera por el Goya.


Actriz cordobesa de larga trayectoria en televisión, a Marisol Membrillo le ha tocado este año el premio gordo con su papel en Somos gente honrada, de Alejandro Marzoa, donde podía lucir a sus anchas el magnífico temple dramático que la caracteriza. Con una sobresaliente capacidad para comunicar cualquier pequeño detalle de su personaje, Membrillo se pasa toda la película robando planos sin despeinarse, razón más que suficiente como para que la Academia valore como es debido la categoría de esta actriz.


Lejos de toda duda, Bárbara Santa Cruz merece un puesto entre las favoritas al Goya en esta categoría, no solo por significar lo mejor del desequilibrado reparto coral de la endeble Barcelona, nit d'estiu (Barcelona, noche de verano), de Dani de la Orden, sino por dotar a su personaje (y a su historia) de un componente diferenciador: una más que agradecida autoironía, plasmada gracias a la sutil y soslayada vis cómica con la que afronta la práctica totalidad de su participación. La buena acogida comercial de la cinta podría jugar a su favor, pero su propia condición de cinta independiente la hará prácticamente invisible frente a los estrenos que aún están por llegar.


Aunque no tan invisible como lo son las opciones de Isabelle Stoffel, por Los ilusos. Por mucho que cuente a su favor la agradecida frescura que aporta a toda la primera parte de la película de Jonás Trueba, desplegando una vis cómica radiante en la secuencia del bar a través de una cuasi autoparodia. No hay que olvidar que Stoffel desaparece por completo de la película al finalizar casi el primer tercio de la misma y que, aún tratándose de uno de los mejores títulos paridos por el cine nacional este año, Los ilusos podría pasar inadvertida para los académicos por su manifiesta condición de cine outsider.


Fuera absolutamente de todas las quinielas queda el trabajo de María Castro en Combustión, de Daniel Calparsoro, aunque desde aquí queremos lanzar una baza a su favor precisamente por lograr, con muy pocos elementos -sólo una serie de sutiles detalles-, alejar a su también muy estándar personaje de la vulgaridad interpretativa, consiguiendo alzarse con tan poco en lo mejor de la función.


Tampoco parece tener muchas posibilidades el correcto, sencillo e impoluto trabajo de Claudia Bassols en Menú degustación, el esperado regreso a la dirección de Roger Gual que se saldó con un tibio resultado. La actriz daba veracidad a su atribulado personaje en sus dudas sentimentales, pero el escaso interés suscitado por la cinta a su llegada a las salas y, sobre todo, el rápido olvido de la misma cuatro meses después no benefician a las opciones de Bassols.

ATENTOS A:


Qué duda cabe que en nuestra próxima quiniela (prevista para el mes de noviembre) Natalia de Molina ocupará el primer puesto en el ránking. De momento, al no haber visto aún Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, debemos ser cautos y no hacer ningún juicio sobre sus opciones reales al Goya. Aunque las buenas críticas recibidas en San Sebastián nos predisponen a pensar que el Goya será suyo.


También muy buenas críticas en el festival recibió el trabajo de la actriz rumana Olimpia Melinte en Caníbal, de Manuel Martín Cuenca. Ser la protagonista femenina de una de las que está llamada a ser película del año ya es suficiente razón como para valorarla una indiscutible candidata.


Ismael, de Marcelo Piñeyro, también tiene visos de convertirse en una de las cintas con mayor presencia en las nominaciones a los Premios Goya. De ser así, no debería resultar nada extraño que una de ellas recompensara el trabajo de la debutante Ella Kweku.



De estreno este mes, Todas las mujeres, de Mariano Barroso, tiene su principal baza en la candidatura de Eduard Fernández al mejor actor principal. Pero esto podría repercutir en que la Academia se fijase también en el trabajo del resto del elenco femenino de la función. Así, en esta categoría, podrían colarse tanto la televisiva Lucía Quintana como María Morales, a la que ya ningunearon en su día por su trabajo en Gordos (2009), de Sánchez Arévalo.



En la anterior quiniela, ya apostábamos por sus opciones al Goya, pero a día de hoy no es que éstas hayan menguado, sino que le han crecido la competencia. No obstante, Virginia Rodríguez sigue en el punto de mira con su protagonismo en Esto no es una cita, de Guillermo Groizard, con el punto a su favor de haber ganado la Biznaga de Plata a la mejor actriz en la sección paralela y competitiva de ZonaZine en el pasado Festival de Málaga. La cinta, por suerte para ella, ha logrado distribuidora y llegará a las salas el próximo 8 de noviembre.


Con categoría estelar se viene hablando desde hace tiempo de la figura de Úrsula Corberó, dado el éxito obtenido por la actriz en la pequeña pantalla. En el cine, aún le falta demostrar que merece tal consideración. La comedia ¿Quién mató a Bambi?, de Santi Amodeo, promete darle la oportunidad de demostrarlo. Pero, ¿opinarán lo mismo los académicos?


Presente en la Sección Oficial de la, ya al caer, SEMINCI, Presentimientos, lo nuevo de Santiago Tabernero, se vislumbra ya como una de las cintas con más opciones a los Goya, sobre todo por el peso y el saber hacer más que contrastado de su pareja protagonista. ¿Arrastrará esto los votos hacia la participación de Irene Escolar, actriz que ya disfrutó de verdaderas opciones de ser nominada gracias a Los girasoles ciegos (2008), de José Luis Cuerda?


Por último, no dejamos pasar la oportunidad de hablar de las opciones de Esther Rivas, por Casting, de Jorge Naranjo. Con unas críticas inmejorables recibidas tras la presentación de la película en el Festival de Málaga, que la señalaban como una justa vencedora del premio a la mejor actriz, al final compartió premio a la mejor actriz de reparto con el resto del elenco femenino. Sin embargo, sus posibilidades de resultar finalmente nominada tropiezan con el hecho de que Casting aún no encontró distribuidora y, a día de hoy, su estreno en salas sigue siendo una incógnita, con lo que todavía no cumple una de las bases importantes para resultar seleccionada.