¡¡Ya es viernes!! Malditas las ganas de que sea fin de
semana, se renueve la cartelera y lleguen a los cines nuevos títulos que ansío
ver cuando mi bolsillo está temblando de frío. Y es que estamos a mediados de
mes y no llego al final. De todos modos, no estoy aquí para soltaros este
rollo, está claro que tendré que administrarme mejor el mes que viene, ni
tampoco para daros un poquito de lástima que aunque lo que necesite sea una
buena ayuda económica, me conformo con que os hagáis asiduos al blog. Vamos a
repasar qué títulos desembarcan hoy en nuestros cines. Tenemos un poco de todo:
de nuevo, un par de superproducciones americanas para atontarnos el cerebro y
confirmarnos que las ideas hace mucho tiempo abandonaron Hollywood, menos mal
que también se estrena algún que otro filme, de menor ambición y mayor alcance,
así como alguna que otra propuesta europea para salvarnos del desastre.
Llega lo nuevo del director de la magnífica Up in the Air, Jason Reitman, que vuelve a poner en imágenes un texto de Diablo Cody, cuya colaboración ya nos
brindó un pequeño clásico hace unos años en Juno.
Young Adult posee su mayor reclamo en
el protagonismo de la bella Charlize
Theron, una actriz ante la que siempre me he sentido dividido. Me gusta pero
no acabo de casar con ella. Su Oscar por Monster
(2003), de Patty Jenkins, lo estimo
exagerado (igual que su interpretación) y, sin embargo, me da no poca pena que
se haya quedado sin nominación este año, puesto que sonaba entre las favoritas.
Por el tráiler, parece que estamos ante un gran trabajo interpretativo, cosa
que constatan diversos premios de la crítica estadounidense y la nominación en los Globos a
la Mejor Actriz de Comedia. La historia va de una escritora que, tras su
divorcio, intenta superar el golpe volviendo a su pueblo natal e intentando
recuperar a su antiguo novio en el instituto, que ya está casado y es padre de
un niño. Pinta a comedia negra y maliciosa, para nada políticamente correcta
(esperemos que no la caguen con el final) y, aunque no la señalen como una obra
total, la crítica dice que sólo por ver cómo se luce la Theron ya merece la
pena.
El otro título interesante nos llega del Reino Unido y no es
otro que el esperado drama psicológico Shame,
de Steve McQueen, director que
sorprendió al mundo con su opera prima
en 2008 Hunger, protagonizada también
por Michael Fassbender. La historia
es bastante sugerente: trata de la rutina de un treintañero neoyorquino adicto
al sexo. Por el tono, decididamente introspectivo y austero de sus imágenes,
nos da a entender que no estamos ante un filme al uso, sino ante un estudio de
una personalidad trastornada. La crítica se ha deshecho en elogios, tildándola
incluso de obra maestra, eso sí, reconocen que se trata de una película dura,
claustrofóbica, donde no hay lugar a las medias tintas y que, por encima de
todo, destaca la interpretación de su protagonista, un Fassbender que, si nos
atenemos a los datos, ha ganado premios por doquier. Se ha quedado a las
puertas de su primera nominación al Oscar, sí, pero en su palmarés se incluye
la Copa Volpi al Mejor Actor del pasado Festival de Venecia y nominaciones al
Globo de Oro, al BAFTA, a los Independent Spirit Awards e innumerables premios
en el circuito de la crítica estadounidense. Avalada con tal cantidad de
reconocimientos y menciones, una interpretación como la de Michael Fassbender
(y, por extensión, una película como Shame)
no deberíamos dejarla pasar en balde.
De Francia llega el otro estreno recomendable de la semana, Cuenta atrás (À bout portant), de Fred Cavayé, un thriller de acción
fechado en 2010 que cuenta en su reparto con la presencia de la actriz española
Elena Anaya (en boca de todos ya que
está a punto de ganar este domingo su primer Goya) en un papel importante en la
trama, aunque con poca presencia en pantalla. Interpreta a Nadia, la esposa de
un aspirante a enfermero (Gilles
Lellouche) a la que secuestran viéndose él obligado a emprender una odisea
violenta con tal de recuperarla. Estamos ante la enésima muestra de que en la
vieja Europa siguen estando vigentes el brío y la valentía de contar historias
diferentes. La crítica ha señalado que nos hallamos ante un ejemplo magnífico
de thriller bien construido, en las antípodas de los que nos llegan del otro
lado del Atlántico y, tanto es así, que apuestan que no dentro de mucho veremos
el consabido remake americano de
ésta. ¿Nos perdemos la original y esperamos a la copia?
Rumanía nos ofrece Hello!
How Are You? (Bruna! Ce faci?), de Alexandru
Maftei, con el manido título en inglés para hacer más fácil su exhibición
dentro de nuestras fronteras… en fin. Estamos ante una comedia romántica, sobre
una pareja de más de 20 años de matrimonio, que ya no sienten ningún tipo de atracción
el uno hacia el otro y acaban enganchados a los chats para encontrar pareja.
Sobre el papel no aporta nada, pero si tenemos en cuenta que estamos ante una
propuesta rumana, la cosa cambia. Viendo el tráiler a uno se le vienen a la
memoria los mejores ejemplos de comedia europea y, aunque la cosa tampoco acaba
suscitando un enorme interés, siempre es de agradecer soplos de aire fresco de
este tipo en un fin de semana colmado de superproducciones.
Superproducciones como las tres últimas que conforman el
repaso a los estrenos semanales. Primero, una cinta de terror con Daniel Harry Potter Radcliffe
intentando quitarse al personaje que le dio la fama de encima, eso sí, sin
alejarse del todo del género fantático, no vaya a ser que salgamos corriendo. La mujer de negro (The Woman in Black),
de James Watkins, no carece de
atractivo si exceptuamos la presencia de su joven estrella protagonista. Y es
que narra la historia de un joven abogado que ha de vender una antigua casa
cuyo dueño acaba de fallecer. La casa en cuestión parece estar encantada y
habitada por la mujer de negro del título. A priori todo muy manido, lo sé,
pero entre sus creadores está el mítico sello de horror Hammer y la estética
gótica de todo el conjunto favorece a las expectativas, puesto que nos trae a
la mente las viejas historias de terror de nuestra infancia, donde primaba la
sutileza y misterio. No está mal como contrapunto a la saturación hemoglobínica
de la que hace gala el género en los últimos tiempos.
El thriller Infierno
blanco (The Grey), de Joe Carnahan,
se estrena por todo lo alto auspiciado por las buenas cifras obtenidas en su
estreno americano. Nos cuenta la historia de un equipo de perforación de
petróleo que, tras un accidente aéreo, quedan a merced del frío y del acoso de
unos lobos en Alaska. Suena un poco a la mítica ¡Viven! (Alive), de Frank Marshall,
sólo que aquí no parece que se vayan a acabar comiendo a los muertos, sino que
deberán luchar contra esos lobos si aspiran a sobrevivir. La crítica se muestra
dividida, aunque nadie se atreve a ensalzarla del todo. Parece ser un
entretenimiento bien armado y poco más, que no es poco dados los tiempos que
corren. Y la protagoniza Liam Neeson,
que vive una etapa de renacimiento taquillero (a sus sesenta años se ha erigido en el héroe de acción que no fue en su juventud) que ya estudiaremos
más a fondo en otra ocasión.
Y, por último, Viaje
al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa (Journey 2: The Mysterious Island),
de Brad Peyton. Como siempre, me
reservo el “plato fuerte” para el final. ¿Hacía falta una secuela de la ya de
por sí innecesaria revisitación al clásico de aventuras de Julio Verne? Está orientada, claramente, al público infantil,
aunque en Hollywood deben pensar que un niño de 10 años ya es mayor de edad. No
se me ocurre ni imaginar que pueda entretener, ni siquiera distraer, a niños de
esa edad viendo lo adelantadas que andan últimamente las nuevas generaciones.
Para más inri, la estrenan en 3-D, claro, hay que sacar la mayor tajada
posible. Y la protagoniza la estrella de acción Dwayne Johnson, siguiendo el camino emprendido por antecesores de
la talla de Arnold Schwarzenegger de
reciclarse o morir, es decir, enfocar su trayectoria hacia la comedia infantil
para seguir haciendo taquilla. Un desastre que cobra un matiz demasiado trágico
al presenciar entre el elenco de secundarios a toda una eminencia
interpretativa, claramente, en horas bajas: Michael Caine. ¿Qué más podemos pedir? Efectos especiales de
cartón-piedra (ya podrían haberse esmerado, al menos), guión facilón y
previsible… ¡la aventura está servida! Y los bostezos también. Esperaré a verla
en un pase televisivo a media tarde para darme un homenaje en forma de siesta.
Nada más. A ver si puedo ahorrar unas cuantas pelas y me
paso por el cine a ver a la Theron y al Fassbender, que hay ganas. Y si no,
confío en que aguanten el tiempo suficiente como para no perdérmelas en
próximas semanas, aunque corra el riesgo de que se me acumulen los estrenos. ¿Y
vosotros cuál vais a ir a ver? Recordad: VOS. ¡Siempre!
Un saludo sinvergüenzas ^^.
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