Hace tiempo que no se daban cita en la final por el Goya al mejor actor protagonista cuatro trabajos tan indiscutiblemente notables como los presentes nominados de este año. Así las cosas, ciertamente resulta difícil elegir a uno en detrimento de los otros y las previas entregas de premios tampoco están sirviendo de fiable balanza para calibrar cual de ellos ostenta, hoy por hoy, la condición de máximo favorito. La emoción está servida, ¡qué duda cabe!, y sólo nuestra marchita intuición nos sirve de guía a la hora de dilucidar quién se hará finalmente con el deseado cabezón.
Javier Cámara, por Vivir es fácil con los ojos cerrados.
6 Noms (4 como actor prot. 1 como actor sec. 1 como actor rev.)/0 Prem. PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.), Premios Feroz (Nom.), Premios Forqué (Nom.), Fotogramas de Plata (Nom.).
La Academia tiene en el trabajo de Javier Cámara en Vivir es fácil con los ojos cerrados una más que brillante y merecida oportunidad para saldar la deuda contraída con este intérprete, al que ha nominado anteriormente en cinco ocasiones sin premio alguno. Era, de lejos, uno de los favoritos indiscutibles a ingresar entre los cuatro finalistas al Goya de este año, a pesar de contar también con importantes opciones por sus otros empeños cinematográficos del 2013: Ayer no termina nunca (por la que sí ha sido nominado a los Gaudí) y, en menor medida, Los amantes pasajeros. Sin embargo, la poca fortuna protagonizada por Cámara en las sucesivas entregas de premios previas a los Goya, donde ha figurado como candidato en casi todas las citas sin conseguir ningún premio, restan posibilidades a sus opciones finales por hacerse con el cabezón en su sexta nominación. No obstante, sería un justo vencedor gracias a un trabajo de enorme aprehensión en la película de David Trueba, que invita a descartar a cualquier otro actor para tal empeño, incapaces todos de abordarlo de forma tan sobresaliente como él lo hace. Cámara parece haber nacido para interpretar a este personaje, pues resulta un intérprete especialmente dotado para reflejar sin coartadas ante las cámaras todo el patetismo de sus criaturas, sin caer nunca en convencionalismos pueriles o en falsas y amaneradas caricaturas, estériles siempre de emoción. El actor está literalmente espléndido a lo largo de todo el filme, sin alardes desorbitados, desde una agradecida y primorosa contención, plasmando con una naturalidad cercana a la espontaneidad todos los claroscuros de un personaje eminentemente ingenuo.
Antonio de la Torre, por Caníbal.
7 Noms (4 como actor prot. 3 como actor sec.)/1 Prem (actor sec.). PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Prem.), Premios Feroz (Prem.), Premios Forqué (Nom.), ASECAN (Nom.).
Con toda la crítica rendida a sus pies, de lo que da testimonio el reciente Premio Feroz ganado la semana pasada, el trabajo de Antonio de la Torre en Caníbal puede vislumbrarse ya como uno de los que más opciones podría tener de llevarse el Goya a casa este año. Sin embargo, su condición de favorito parece haber perdido fuerza en las últimas semanas y eso que se trata de su mejor trabajo para el cine. Radicalmente demoledor en su esterilizada y minuciosa exposición del carácter retraído y autosuficiente de su personaje, a través de una conveniente contención y una solidez apabullante, De la Torre sustenta toda su actuación en el magnífico partido que de su expresiva y contundente mirada líquida extrae el director Manuel Martín Cuenca para que los pensamientos, las dudas y hasta los miedos del personaje traspasen la pantalla y, llegado el caso, congelen el ánimo del respetable. Todo ello, además, protegido por una descollante naturalidad, sin subrayados ni estridencias del todo innecesarios, lo que ayuda a implantar la conseguida condición de absoluto personaje anónimo, de ser otro tipo más del montón, que sobrevuela al protagonista, añadiendo con esto un componente aún más sobrecogedor a la historia. Literalmente devorado por la personalidad de su personaje, De la Torre termina confeccionando una actuación de implacable y árido efectismo en el respetable. Su doble nominación, también como actor secundario por La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo, podría jugar en su contra y dar pie a una inconveniente división de votos hacia su persona.
Eduard Fernández, por Todas las mujeres.
8 Noms (4 como actor prot. 3 como actor sec. 1 como actor rev.)/2 Prems (1 actor prot. 1 actor sec.). PALMARÉS PREVIO: Premios Feroz (Nom.), Premios Forqué (Prem.), Premios Gaudí (Nom.).
Verdadero eje sobre el que se sustenta toda la puesta en escena de Todas las mujeres, Eduard Fernández conduce con mano diestra, segura y fascinante la desequilibrada película de Mariano Barroso, logrando una actuación en absoluto estado de gracia. El intérprete se permite el lujazo de pasearse sin tapujos por todos los vericuetos de su personaje, ahondando incluso en los más desagradables, y hacerlo además desde una sublime precisión, matizando y depurando hasta el extremo cada uno de los rasgos (físicos, psíquicos y emocionales) de su personaje, logrando que tan impresentable protagonista no solo nos resulte simpático sino que, para más inri, nos induzca a no poca compasión. Eso sí, en su pletórica exhibición interpretativa colabora el sugestivo juego dialéctico y la química mutante que logra establecer con todas sus oponentes femeninas. Probablemente sea el más claro favorito al premio de los cuatro finalistas, lo cual podría suponer su tercer Goya, reconocimiento más que merecido tratándose como se trata de uno de los actores más completos y aventajados del actual panorama cinematográfico español. Sin embargo, su olvido entre los candidatos a las prestigiosas Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos nos obliga a no dar totalmente por sentadas sus opciones al premio.
Tito Valverde, por 15 años y un día.
2 Noms (1 como actor prot. 1 como actor sec.)/1 Prem (actor sec.). PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.).
Con una nominación más que cantada en la categoría secundaria, los responsables de 15 años y un día, de Gracia Querejeta, optaron por proponer el trabajo de Fernando Valverde en el apartado protagonista, lo que aparte de conferir a las predicciones para esta terna un poco más de emoción, si cabe, le restaba posibilidades al actor de lograr la que sería su segunda nominación al Goya de toda su trayectoria (veinte años después de la primera). No obstante, la suma de votos de la película, que figura candidata en las categorías reinas (película y dirección) ha arrastrado, seguramente, los votos de los académicos hacia el trabajo de Valverde. Su trabajo roza la perfección en cada uno de sus planos, estoico, admirable, cargado de humanidad y rebosando empatía en cada frase, logrando que la calidez de la que está exenta la cinta, se la otorgue de sobra la presencia de este veterano. Sus opciones a ganar el Goya, sin embargo, parecen escasas dada la condición de favoritos que ostentan sus tres oponentes, refrendados por nominaciones y galardones en las distintas entregas de premios previas a los Goya y donde el trabajo de Valverde apenas ha tenido cabida.
Debería ganar: Antonio de la Torre, por Caníbal.
Ganará: Eduard Fernández, por Todas las mujeres.
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