Llegamos al final. Anoche tuvo lugar la tan esperada entrega de los 28 Premios Goya en donde se daba cita lo más representativo del Cine Español del pasado curso cinematográfico, un 2013 caracterizado por la subida del IVA cultural y la bajada abismal de espectadores. Con una cuota de pantalla inferior en cinco puntos con respecto a la del 2012, de un esmirriado 14% solamente, nuestro cine trataba anoche de ahuyentar los malos augurios para este 2014 dándose una auténtica fiesta. Algo que se consiguió sólo en parte y es que la gala de estos Goya, aunque tan reivindicativa y crítica para con las autoridades como se esperaba, terminó siendo una ceremonia un tanto aséptica, de la que tuvo mucha culpa la actuación de un maestro de ceremonias, el showman Manel Fuentes, que no atinó con sus chistes ni logró superar la maestría alcanzada por su predecesora en la materia, Eva Hache.
David Trueba, Goya al mejor director y al mejor guión original por Vivir es fácil con los ojos cerrados. |
Ante el tono descafeinado del acto, el palmarés de los 28 Premios Goya puso de manifiesto la diversidad industrial de nuestro cine, dividido como muy bien apreció en su discurso el presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Enrique González Macho, entre un tipo de películas de gran diseño industrial y clara vocación comercial y otro, digamos, más artesanal producido con menos medios pero gran inspiración. Sin una clara favorita desde el principio, los académicos optaron por conciliar a ambos bandos otorgándole todos los honores y los premios gordos de la noche a Vivir es fácil con los ojos cerrados, la bonita y luminosa comedia en forma de road movie dirigida por David Trueba, que se llevó a casa los Goya relativos a la mejor película, dirección y guión original, tres galardones a los que sumaría también los de mejor actor, actriz revelación y música original.
Por primera vez desde hace algunas ediciones, la Academia ensalzaba con los grandes premios a una producción que no venía de ser bendecida precisamente por el gran público, evidenciando con ello su, muchas veces puesta en entredicho, independencia de los resultados económicos ofrecidos por el cine nacional. No obstante, y sin restarle méritos a la espléndida película de Trueba, justa y loable vencedora de la noche, su elección denota también cierta cobardía o complaciencia por parte de una Academia que, ante dos propuestas de arriesgado signo y múltiples virtudes como Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, y, sobre todo, La herida, de Fernando Franco, optó por la vía fácil y cómoda recompensando al título que menos discrepancias pudiera despertar.
Fernando Franco, Goya al mejor director novel por La herida. |
A pesar de ello, la Academia tuvo a bien no dejar a estas (y a otras pequeñas grandes películas presentes en la competición) irse con las manos vacías. Los dos Goyas obtenidos por La herida la convierten en otra de las grandes triunfadoras de la noche, además por tratarse de las dos categorías en las que poseía mayores opciones: mejor dirección novel y actriz. Por el contrario, el solitario Goya a la mejor dirección de fotografía para Pau Esteve Birba, por Caníbal, debe ser tenido más como un pobre premio de consolación por tratarse la obra de Martín Cuenca de una de las mejores películas del año, uno de los títulos que además mayor número de nominaciones tenía (ocho).
Algo similar le ocurrió a la máxima nominada del año, La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo, que saldría de la ceremonia sólo con dos premios de sus once nominaciones (actor de reparto y canción original); algo, por otro lado, completamente habitual en los Premios de la Academia, donde no son pocos los títulos insignes, holgadamente nominados, que acaban yéndose a casa con anecdóticos reconocimientos que, al contrario de lo que se pretende, no logran evitar que se les mencione entre los grandes derrotados de la noche.
El rey pasmado.
Arturo García 'Biaffra' y José Luis Arrizabalaga 'Arri', Goya a la mejor dirección artística por Las brujas de Zugarramurdi. |
Sin embargo, la Academia siguió siendo fiel a sí misma y, a pesar de los seis importantes premios obtenidos por Vivir es fácil con los ojos cerrados, la cinta que mayor número de Goyas recaudó volvió a ser una de las películas que más dinero había recaudado también a su paso por las marquesinas: Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia. Hasta ocho estatuillas, de diez nominaciones, llegó a amasar la que se debe contar como la gran superproducción fabricada por nuestro cine este 2013, protagonizando así un nuevo 'rey pasmado' y es que, como le ocurrió a la famosa cinta de Imanol Uribe en la edición de 1991, Las brujas de Zugarramurdi dio el campanazo en los apartados técnicos y sin conseguir ninguno de los gordos, para los que ni siquiera estaba nominada, a excepción del de mejor actriz secundaria, Goya a todas luces cantado desde principios del año pasado. Su gran 'rival' en la materia, Zipi y Zape y el club de la canica, de Oskar Santos, tuvo que irse irremediablemente de vacío.
Pero quien vuelve a ser la gran vencida de la noche es la directora Gracia Querejeta. Si en el 2007 su película Siete mesas de billar francés, una de las grandes favoritas, salía de los Goya sólo con dos premios interpretativos, este año 15 años y un día, con siete nominaciones, no ha logrado transformar en premio ninguna de ellas. Otro tópico que se repite: la cinta elegida por la Academia para representarnos a los Oscar, aupada entre las grandes favoritas con una considerable cantidad de nominaciones, termina no convenciendo a los Académicos y desvelando la hipocresía y falta de consenso de la institución. Parece que, al final, han pesado sobre las opciones de la película de Querejeta las tenues y hasta malas críticas recibidas por su película, sobre todo a raíz de la brecha producida entre los gustos de la Academia y los de la prensa especializada tras la selección de 15 años y un día para competir por el Oscar.
Alejandro Hernández y Mariano Barroso, Goya al mejor guión adaptado por Todas las mujeres. |
Por suerte, dos de las películas más representativas de ese mal llamado cine low-cost español, uno de los grandes protagonistas del año (por exigencias del guión, obviamente), también lograron reconocimiento oportuno, en forma de un único Goya: Todas las mujeres, de Mariano Barroso, ganó el correspondiente al mejor guión adaptado, y Stockholm, el de mejor actor revelación. Galardones que podían significar una agradecida señal de respeto hacia unos creadores capaces de salvar obstáculos de toda índole para lograr llevar a buen puerto sus proyectos, aunque suponen un oasis en un mar de cine de escasa y hasta ínfima representación entre los finalistas a los 28 Premios Goya.
Justin y la espada del valor, de Manuel Sicilia, defraudó a todos los que la dábamos como la gran favorita en la categoría de mejor película de animación, que ganó finalmente Futbolín, coproducción entre España y Argentina, dirigida por Juan José Campanella y a la que pocos le veían grandes posibilidades de triunfar en la noche de ayer. En el apartado documental, Las maestras de la República, de Pilar Pérez Solano, se hizo con un galardón con el que la Academia parecía querer dejar clara la importancia de algo tan esencial como la educación en una época tan oscura como la que vivimos en la actualidad, de continuos ataques hacia la cultura.
El equipo de Azul y no tan rosa, Goya a la mejor película iberoamericana. |
También contra todo pronóstico, el Goya a la mejor película iberoamericana se fue, por primera vez en la historia de estos galardones, a Venezuela, concretamente a la película Azul y no tan rosa, de Miguel Ferrari, una película cuyo discurso en contra de la intolerancia y abiertamente a favor de la libertad de expresión y elección (sexual) de todos los individuos, podría transpolarse también a las intenciones últimas de una Academia que parecía ofrecer así fogonazos de denuncia sobre la pérdida de libertades sociales que estamos viviendo actualmente en nuestro país. Por el contrario, el premio a la mejor película europea, ganado por Amour (Amor) (2012), de Michael Haneke, fue otro de los galardones más cantados, a pesar de la espléndida y contundente competencia presente en la categoría.
Deudas interpretativas.
Terele Pávez, Goya a la mejor actriz secundaria por Las brujas de Zugarramurdi. |
Como ya hemos señalado más arriba, el Goya a la mejor actriz secundaria parecía adjudicado desde principios del año pasado. Mucho tenía que torcerse el ánimo de los académicos para que no se premiase, de una vez por todas, a Terele Pávez. Era su quinta nominación (la tercera por un film dirigido por Álex de la Iglesia) y había venido coleccionando casi todos los premios previos en esta temporada de premios (Feroz, Medallas del CEC). La actriz, muy emocionada, recibió la gran ovación de la noche con toda la platea puesta en pie, mucho más sonada que la otorgada al Goya de Honor de este año, el director Jaime de Armiñán. No era para menos, la Academia saldaba una importante deuda con una de nuestras intérpretes más inclasificables y carismáticas, con nada menos que sesenta años de trayectoria profesional a sus espaldas.
Javier Cámara, Goya al mejor actor por Vivir es fácil con los ojos cerrados. |
Algo menos significativa, pero también deuda, al fin y al cabo, era la protagonizada por Javier Cámara. Nominado hasta en cinco ocasiones sin recompensa, llegaba a estos 28 Premios Goya sin ostentar la condición de favorito. Lo tenía difícil y es que dos de sus tres oponentes, Eduard Fernández y Antonio de la Torre, se habían venido rifando todos los premios precedentes. Sin embargo, contra todo pronóstico, Cámara se hizo con su primer Goya por el papel que le podría haber dado también su primera Concha de Plata en San Sebastián. Justa recompensa, en suma, no sólo por incluir a uno de los mejores intérpretes del cine actual entre los grandes beneficiarios de los Premios de la Academia, como bien merecía, sino porque su trabajo en Vivir es fácil con los ojos cerrados representa una cima artística en la trayectoria del actor.
Roberto Álamo, Goya al mejor actor secundario por La gran familia española. |
Más inesperado fue el Goya al mejor actor secundario, ganado por el estupendo Roberto Álamo de La gran familia española, frente al gran favorito en todas las quinielas: Carlos Bardem, por Alacrán enamorado. De este modo, su compañero en el filme, el también nominado Antonio de la Torre volvió a repetir la 'hazaña' que ya protagonizara el año pasado: quedarse sin ninguno de los dos Goyas a los que aspiraba. El premio a Álamo, que hacía pleno así en su primera nominación, ejemplifica la espléndida valoración que Sánchez Arévalo posee entre los miembros de la Academia en lo que a dirección de actores se refiere, habiendo quedado sus cuatro filmes siempre candidatos en alguna categoría interpretativa y habiendo logrado tres de ellos este mismo Goya al mejor actor secundario: De la Torre por AzulOscuroCasiNegro (2006), Raúl Arévalo por Gordos (2009) y ahora Álamo por La gran familia española (2013).
Javier Pereira, Goya al mejor actor revelación por Stockholm. |
Por el contrario, la sorpresa brilló por su ausencia en la elección de los ganadores al resto de categorías interpretativas. Javier Pereira ratificó su condición de favorito, presente en todas las quinielas, y se llevó a casa un galardón al que hubiera debido aspirar hace bastante tiempo. Un justo premio que ha de entenderse también como una deuda pagada, aunque en menor medida que las anteriores, debido al olvido injustificado padecido por el intérprete en esto de los Premios Goya, que finalmente le premian como revelación cuando es uno de los rostros más característicos y populares del panorama interpretativo actual. Revelación sí que ha sido Natalia de Molina, también favorita en su categoría, feliz ganadora por su bonito y entrañable papel de Vivir es fácil con los ojos cerrados, su primera película. Esperemos que, en contra de lo que manda la maldición de estos premios, este justo Premio Goya a la mejor actriz revelación no se cebe con uno de los rostros más fotogénicos y rebosantes de naturalidad que hemos visto en una pantalla de cine en los últimos tiempos.
Natalia de Molina, Goya a la mejo actriz revelación por Vivir es fácil con los ojos cerrados. |
La favorita a la mejor actriz protagonista venía siéndolo desde que ganara la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián. Las inmejorables críticas recibidas por La herida, así como la cosecha de premios ganados por Marian Álvarez en las semanas anteriores a estos 28 Premios Goya (donde sólo se le había escapado, ya en la recta final, la Medalla del CEC) ponían a la actriz ante la tesitura y la gran responsabilidad de concentrar en su figura todas las miradas. Primera nominación, aunque hubiera merecido otra anterior por Lo mejor de mí (2007), de Roser Aguilar, como revelación, Álvarez logró para su película uno de los dos Goyas más esperados y merecidos de la noche y es que este Goya a la mejor actriz ha de contarse desde ya como uno de los más justos y certeros de la historia de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
Marian Álvarez, Goya a la mejor actriz por La herida. |
Finaliza así un curso cinematográfico de singular interés, con unos Goya del todo conciliadores que, a pesar del buen sabor de boca dejado por algunos galardones de justa e histórica adquisición, dejan muchos apetitos por saciar, sobre todo los de los amantes de ese tipo de cine absolutamente heroico, sacado adelante con más ganas y talento que medios económicos o materiales, muy presente en nuestra producción este 2013 y con escasa representación en esta final por los grandes premios de nuestra industria. Un sentimiento agridulce nos embarga con la entrega de los Premios Goya y no sólo por lo discutible o no del palmarés final, sino porque se pone así punto y final a un año cargado de conjeturas, predicciones y anhelos, más o menos justificados, más o menos acertados. Ese es el lado malo o triste, pero lo bueno comienza en pocas semanas, cuando demos el pistoletazo de salida a las conjeturas, predicciones y anhelos para los 29 Premios Goya del 2015.
Mejor Película:
- 15 años y un día.
- Caníbal.
- La gran familia española.
- La herida.
- Vivir es fácil con los ojos cerrados. (Ganadora).
- Gracia Querejeta, por 15 años y un día.
- Manuel Martín Cuenca, por Caníbal.
- Daniel Sánchez Arévalo, por La gran familia española.
- David Trueba, por Vivir es fácil con los ojos cerrados. (Ganador).
- Fernando Franco, por La herida. (Ganador).
- Neus Ballús, por La plaga.
- Jorge Dorado, por Mindscape.
- Rodrigo Sorogoyen, por Stockholm.
- Pablo Alén y Breixo Corral, por 3 bodas de más.
- Daniel Sánchez Arévalo, por La gran familia española.
- Fernando Franco y Enric Rufas, por La herida.
- David Trueba, por Vivir es fácil con los ojos cerrados. (Ganador).
- Santiago A. Zannou y Carlos Bardem, por Alacrán enamorado.
- Manuel Martín Cuenca y Alejandro Hernández, por Caníbal.
- Alejandro Hernández y Mariano Barroso, por Todas las mujeres. (Ganador).
- Jorge A. Lara y Francisco Roncal, por Zipi y Zape y el club de la canica.
- Emilio Aragón, por A Night in Old Mexico.
- Óscar Navarro, por La mula.
- Joan Valent, por Las brujas de Zugarramurdi.
- Pat Metheny, por Vivir es fácil con los ojos cerrados. (Ganador).
- "Rap 15 años y un día", de Arón Piper, Pablo Salinas y Cecilia Fernández Blanco, por 15 años y un día.
- "Aquí sigo", de Emilio Aragón y Julieta Venegas, por A Night in Old Mexico.
- "De cerca del mar", de Fernando Arduán, por Alegrías de Cádiz.
- "Do You Really Want To Be In Love?", de Josh Rouse, por La gran familia española. (Ganador).
- Tito Valverde, por 15 años y un día.
- Antonio de la Torre, por Caníbal.
- Eduard Fernández, por Todas las mujeres.
- Javier Cámara, por Vivir es fácil con los ojos cerrados. (Ganador).
- Inma Cuesta, por 3 bodas de más.
- Marián Álvarez, por La herida. (Ganadora).
- Aura Garrido, por Stockholm.
- Nora Navas, por Tots volem el millor per a ella (Todos queremos lo mejor para ella).
- Carlos Bardem, por Alacrán enamorado.
- Juan Diego Botto, por Ismael.
- Antonio de la Torre, por La gran familia española.
- Roberto Álamo, por La gran familia española. (Ganador).
- Susi Sánchez, por 10.000 noches en ninguna parte.
- Maribel Verdú, por 15 años y un día.
- Terele Pávez, por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganadora).
- Nathalie Poza, por Todas las mujeres.
- Berto Romero, por 3 bodas de más.
- Hovik Keuchkerian, por Alacrán enamorado.
- Patrick Criado, por La gran familia española.
- Javier Pereira, por Stockholm. (Ganador).
- Belén López, por 15 años y un día.
- Olimpia Melinte, por Caníbal.
- María Morales, por Todas las mujeres.
- Natalia de Molina, por Vivir es fácil con los ojos cerrados. (Ganadora).
- Marta Sánchez de Miguel, por 3 bodas de más.
- Carlos Bernases, por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganador).
- Josep Amorós, por Los últimos días.
- Koldo Zuazua, por Zipi y Zape y el club de la canica.
- Juan Carlos Gómez, por 15 años y un día.
- Pau Esteve Birba, por Caníbal. (Ganador).
- Kiko de la Rica, por Las brujas de Zugarramurdi.
- Cristina Trenas, por New York Shadows.
- Alberto de Toro, por 3 bodas de más.
- Nacho Ruiz Capillas, por La gran familia española.
- David Pinillos, por La herida.
- Pablo Blanco, por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganador).
- Llorenç Miquel, por Alacrán enamorado.
- Isabel Viñuales, por Caníbal.
- Arturo García "Biaffra" y José Luis Arrizabalaga "Arri", por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganador).
- Juan Pedro de Gaspar, por Zipi y Zape y el club de la canica.
- Cristina Rodríguez, por 3 bodas de más.
- Paco Delgado, por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganador).
- Tatiana Hernández, por Los amantes pasajeros.
- Lala Huete, por Vivir es fácil con los ojos cerrados.
- Eli Adánez y Sergio Pérez, por 3 bodas de más.
- Ana López-Puigcerver y Belén López-Puigcerver, por Grand Piano.
- Lola López e Itziar Arrieta, por La gran familia española.
- María Dolores Gómez Castro, Javier Hernández Valentín, Pedro Rodríguez "Pedrati" y Francisco J. Rodríguez Frías, por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganador).
- Eva Valiño, Nacho Royo-Villanova y Pelayo Gutiérrez, por Caníbal.
- Carlos Faruolo y Jaime Fernández, por La gran familia española.
- Aitor Berenguer, Jaime Fernández y Nacho Arenas, por La herida.
- Charly Schmukler y Nicolás de Poulpiquet, por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganador).
- Juan Ramón Molina y Juan Ventura Pecellín, por La gran familia española.
- Juan Ramón Molina y Ferrán Piquer, por Las brujas de Zugarramurdi. (Ganador).
- Lluís Rivera Jove y Juanma Nogales, por Los últimos días.
- Endre Korda y Félix Bergés, por Zipi y Zape y el club de la canica.
- El extraordinario viaje de Lucius Dumb.
- Futbolín. (Ganador).
- Hiroku. Defensores de Gaia.
- Justin y la espada del valor.
- Con la pata quebrada.
- Guadalquivir.
- Las maestras de la República. (Ganador).
- Món Petit (Mundo Pequeño).
- Azul y no tan rosa, de Miguel Ferrari. (Ganador).
- El médico alemán. Wakolda, de Lucía Puenzo.
- Gloria, de Sebastián Lelio.
- La jaula de oro, de Diego Quemada-Díez.
- Amor, de Michael Haneke. (Ganador).
- La caza, de Thomas Vinterberg.
- La gran belleza, de Paolo Sorrentino.
- La vida de Adèle, de Abdellatif Kechiche.
Por número de cabezones:
- Las brujas de Zugarramurdi = 8 Premios/10 nominaciones.
- Vivir es fácil con los ojos cerrados = 6 Premios/7 nominaciones.
- La gran familia española = 2 Premios/11 nominaciones.
- La herida = 2 Premios/6 nominaciones.
- Caníbal = 1 Premio/8 nominaciones.
- Todas las mujeres = 1 Premio/4 nominaciones.
- Stockholm = 1 Premio/3 nominaciones.
Fotos: rtve.es
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