La de mejor actriz secundaria ha venido siendo en los últimos años una categoría poblada en sus nominaciones por trabajos que, a veces, distaban mucho de merecer tal reconocimiento, más que por la escasez de virtudes de los mismos, por la drástica ausencia de interpretaciones femeninas remarcables en la producción nacional. Este año se ha incumplido esta norma no escrita y, por primera vez en mucho tiempo, los cuatro trabajos finalistas al Goya a la mejor interpretación femenina de reparto se pueden y deben contar como ejemplares ejercicios interpretativos, lo cual dota a la competición de un muy interesante elemento extra de emoción, aunque todo parezca indicar que la ganadora final será quien todos presumíamos incluso al inicio del pasado curso cinematográfico.
Terele Pávez, por Las brujas de Zugarramurdi.
5 Noms (como actriz sec.)/0 Prem. PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.), Premios Feroz (Prem.).
Qué duda cabe que la Pávez, a estas alturas de la película, debe ostentar con todo el derecho del mundo la condición de favorita indiscutible en esta categoría. Son muchas las razones que lo justifican: marcarse un trabajo eminentemente desmesurado (en el mejor de los sentidos) con su bruja vieja en Las brujas de Zugarramurdi, con la que pone en evidencia la maestría, el poderío y la grandiosidad que la han convertido en una actriz única, que vuelve a dejarnos alucinados dentro de ese registro malsano, sucio y déspota al que tan frecuente ha sido en sus trabajos para el cine, esta vez dándole una vuelta de tuerca y encarnando a una espeluznante malvada con una insondable ironía. Pero además, representa la única nominación interpretativa que ha recibido la cinta de Álex de la Iglesia y, de lejos, la de mayor importancia de las 10 que acumula uno de los grandes éxitos de taquilla del año, razón por la que la Academia podría inclinar su voto a favor de la actriz. Y no sólo por eso, sino porque esta supone la quinta nominación de la veterana intérprete, la tercera a las órdenes de De la Iglesia y una de las más merecidas de las que ha disfrutado a lo largo de su trayectoria. Todo esto dota a su nominación por el trabajo llevado a cabo en Las brujas de Zugarramurdi como el momento redondo para premiar, de una vez por todas, la enorme categoría artística de esta irreductible actriz. Francamente, sería una sorpresa mayúscula que el Goya no fuera a parar a sus manos.
Nathalie Poza, por Todas las mujeres.
3 Noms (1 como actriz prot. 1 como actriz sec. 1 como actriz rev.)/0 Prem. PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.)
Lo tenía difícil, de entrada, para conseguir la que se cuenta ya como su tercera nominación a los Goya y es que, en la liza a la mejor actriz secundaria también pujaba con fuerza la candidatura de su compañera de reparto, Petra Martínez. No obstante, no lo tendrá fácil Nathalie Poza para ganar este año el cabezón y es que, a pesar de contarse como una de nuestras mejores actrices, su predilección en los últimos años hacia el teatro, en detrimento de la gran pantalla, puede jugar en su contra, como también lo hace el hecho de que el "sentimiento de deuda" por parte de la Academia hacia su figura no sea tan acuciante como lo es en relación a Terele Pávez. Aunque, siendo francos, tampoco resultaría un premio inmerecido si al final los votos de los académicos se inclinaran a su favor y es que, del ramillete de actrices entre las que se mueve el desesperado protagonista de Todas las mujeres, Poza convierte su intervención, pequeña no obstante, en algo absolutamente impagable, mostrándose la intérprete realmente excelsa como esa psicóloga desconcertada ante la historia del protagonista. Con una estimulante entereza y no poca ironía, Poza se vuelve inolvidable en la película y, a pesar de no mostrar en ningún momento elementos que nos ayuden a explorar el interior de su personaje, sí logra que la perplejidad del espectador se identifique pronto con la de su rol, llevando a cabo un cínico y soterradamente cómico duelo frente a la apoteosis de Eduard Fernández.
Susi Sánchez, por 10.000 noches en ninguna parte.
1 Nom/0 Prem. PALMARÉS PREVIO: 0 Noms.
De las cuatro finalistas al Goya, esta veterana es la que, con diferencia, parte en mayor desventaja de cara al premio. Para empezar, no posee nominación alguna a otros premios cinematográficos del año y circula el rumor que su presencia entre las cuatro nominadas se debe más a las excelentes críticas recibidas por su trabajo tras su paso por los distintos festivales donde ha sido programada la cinta de Ramón Salazar, que a un verdadero conomiento del mismo por parte de los Académicos. No les falta razón: 10.000 noches en ninguna parte no había gozado de distribución comercial al momento de darse a conocer las nominaciones y, aunque sí había disfrutado de pases privados para académicos, todo hace indicar que éstos hayan votado el trabajo de Susi Sánchez más por lo que han "oído/leído" sobre él que por haberlo realmente "visto". Sea como sea, es cierto que la candidatura de la actriz es digna de celebrarse y es que sólo ella supone la única e importante razón de peso para visionar 10.000 noches en ninguna parte, pues sirve una arriesgada y purgativa performance por parte de una excepcional y dolorosamente minuciosa Susi Sánchez, como la alcoholizada y decadente madre del protagonista, en un trabajo pormenorizadamente vívido, hiriente, de esos que traspasan la pantalla y se pegan al alma, congelándola. Sin dejar hueco para la compasión fácil ni para el desprecio inconsciente, Susi Sánchez dota a su trabajo de una permanente hostilidad, mostrándose insoportablemente arisca en su insondable exhibición de amargura, logrando así dar cuerpo al carácter áspero y dolido de su personaje. Es mucha la competencia y su película, a buen seguro, no llamará la atención de los académicos, pero, lejos de toda duda, Susi Sánchez lleva a cabo uno de los trabajos secundarios femeninos más viscerales y complejos del año que, por lo menos, le ha brindado a esta siempre ninguneada actriz, su primera nominación a los Goya.
Maribel Verdú, por 15 años y un día.
10 Noms (7 como actriz prot. 3 como actriz sec.)/2 Prems (actriz prot.). PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.).
Como bien presuponíamos, los productores de 15 años y un día, de Gracia Querejeta, en base a la reñida competencia presente en la categoría principal, optaron por la vía fácil y asegurarse, como mínimo, la nominación de Maribel Verdú, aunque fuera en la categoría secundaria. Actriz siempre susceptible de ser nominada, el hecho de que compita por el cabezón por la película que la misma Academia designó para representarnos a los Oscar da alas a sus opciones, aunque su reciente segundo Goya por el protagonismo en Blancanieves, de Pablo Berger, nos incite a pensar que este no será el año de la Verdú. Eso y la condición de venerable favorita que ostenta Terele Pávez. De este modo, parece que el gran premio que sacará en claro la que con toda seguridad sea la mayor estrella femenina del momento en nuestro cine, será el de adjudicarse el título de la intérprete más nominada en la historia de estos galardones. A pesar de todo y, aún reconociendo que su trabajo aquí no sea de los más redondos en su filmografía, es justo señalar que Maribel Verdú significaría también una digna vencedora de este Goya, por marcarse una interpretación como la que lleva a cabo en 15 años y un día, ajustadísima, de muchos matices, y apechugando con un arriesgado monólogo en un largo plano secuencia, verdadera razón de esta, su décima nominación.
Debería ganar: Susi Sánchez, por 10.000 noches en ninguna parte.
Ganará: Terele Pávez, por Las brujas de Zugarramurdi.
2 comentarios:
Podría pasar un "Candela Peña" y que se lo lleve Natalie Poza. (no creo en las posibilidades de Susi aunque la actriz me guste mucho)
Pero Terele, como Candela, tiene a su favor que es la única actriz nominada de su peli, que es una actriz histórica y que a diferencia de Ángela, puede que tenga menos oportunidades para premiarla en un futuro. Molina podría conseguir incluso un Goya de honor.
A favor de Natalie ella y Eduard son lo más fácil de premiar en una de las pelis más reivindicables del año que tiene cierto paralelismo con la de Cesc Gay.
Estoy de acuerdo, Nathalie Poza podría ganar (sorpresivamente) como lo hizo Candela Peña el año pasado y Terele Pávez, como Ángela Molina, quedarse sin su merecido Goya. Lo bueno es que la emoción no desaparecerá hasta el final, porque aunque todos demos por cantado este Goya a la Pávez, todo puede pasar: hasta que la Verdú se haga con todos los honores (por segundo año consecutivo).
Puede que Susi Sánchez sea la que más difícil lo tenga, aunque en su favor hay que señalar que brinda la interpretación más redonda de las cuatro nominadas.
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