Lo ideal sería que, a medida que se acerca el próximo 9 de febrero, cuando tendrá lugar la gran cita en esta temporada de premios al cine español, la entrega de los 28 Premios Goya, fuéramos perfilando las posibilidades de los nominados en base a los distintos premios cinematográficos que se conceden en nuestro territorio. Sin embargo, poco orientativos están resultando los palmarés y las distintas selecciones de nominados que se van haciendo públicos hasta el momento. De este modo, en la categoría al mejor actor secundario a los próximos Goya sigue sin presentarse un favorito claro al premio, lo cual dota a la competición de no poco interés y misterio.
Roberto Álamo, por La gran familia española.
1 Nom/0 Prem. PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.), Premios Feroz (Nom.).
La cinta de Daniel Sánchez Arévalo parece tener su gran baza en esta candidatura, pues presenta nada menos que dos intérpretes nominados. Sin embargo, el más que posible reparto de votos entre ambos nos lleva a pensar que La gran familia española goza de dudosas garantías de éxito al respecto. De todos modos, el favorito parece ser el trabajo de Roberto Álamo, sobre todo por significar un empeño enormemente efectivo en su primaria intención de obtener las simpatías del espectador, como ese hermano deficiente que en su inconsciencia casi infantil evidencia incluso hasta mayor madurez que el resto de su familia, cargado de una magnífica ternura y expuesto a través de una detallista y brillante caracterización física del mismo, que elevan al personaje del lugar común y el estereotipo a los que parece responder toda la participación de su rol. Existen muchas razones encontradas para no desestimar las opciones de Álamo a ser el triunfador final, siendo las más significativas la condición de máxima favorita que ostenta su película, con 11 nominaciones, y la doble nominación de su compañero en liza, un Antonio de la Torre que posee su mayor baza en la categoría protagonista. Sin olvidar que es uno de los pocos candidatos que ha logrado estar presente entre los nominados a otros destacados premios del año.
Carlos Bardem, por Alacrán enamorado.
2 Noms. (como actor sec.)/0 Prem. PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.), Premios Feroz (Nom.).
Nominado también por su labor como guionista al adaptar su propia novela, Carlos Bardem suena casi como el gran favorito en esta categoría, precisamente por ostentar tal condición desde que la película de Santiago A. Zannou llegase a las salas a principios del año pasado. Cuenta con el hándicap de que Alacrán enamorado pasó casi sin pena ni gloria por la cartelera y que ha llovido mucho desde entonces. Por el contrario, el hecho de que fuese incluida dentro de las cuatro pre-seleccionadas por la Academia para competir por el Oscar supone un buen signo que podría beneficiar las opciones de Bardem. Vamos un poco más allá y creemos que, de los cuatro nominados, es él el más digno merecedor de este Goya, por marcarse una interpretación implacablemente humanista y sobrecogedora, sobre ese acabado y fracasado boxeador retirado, redimido en entrenador, de lejos, el personaje más interesante de la función, a pesar de su obviedad manifiesta, pero ensalzada como la mejor actuación de la película de manera unánime por toda la crítica especializada, la misma que ha incluido su trabajo entre los candidatos a las Medallas del CEC y a los recientes Premios Feroz. El hecho de haber perdido este último premio (al que era el claro favorito) en favor del no nominado a los Goya Mario Casas, parece no haber acotado sus opciones a un premio al que ya fue nominado en 2009 por su trabajo en Celda 211.
Juan Diego Botto, por Ismael.
4 Noms. (1 como actor prot. 2 como actor sec. 1 como actor rev.)/0 Prem. PALMARÉS PREVIO: Medallas del CEC (Nom.).
De todos los nominados, es de lejos el más inesperado de todos y no porque su trabajo en el filme de Marcelo Piñeyro no lo mereciera, sino porque su presencia entre los nominados no hace más que recordarnos el flagrante olvido padecido por su compañero de reparto, un Sergi López que se merienda gustosamente toda la función. Frente a él, poco puede hacer Botto para sobresalir además en un papel del todo pasivo en la trama, que carece de verdadero relieve y que se hace notar únicamente por la intensa sensibilidad con la que el actor interpreta a ese hombre de honestidad intachable que, colmado de impotencia, ve peligrar de la noche a la mañana tanto su condición de marido como la de progenitor. Lejos de toda duda, supone un empeño de difícil acometida que el talento y las tablas del actor logran sortear sin caer en el ridículo, dotando de verosimilitud a parlamentos decididamente melodramáticos y en demasía afectados. No será Ismael, por suerte, la película que brinde el Goya que lleva años mereciendo Juan Diego Botto, en la que significa además su cuarta nominación, que constata de paso el dudoso criterio selectivo de la Academia para con los trabajos de un actor que nunca ha logrado ser candidato precisamente por sus mejores empeños para la gran pantalla: Martín (Hache), Silencio roto, Roma o Todo lo que tú quieras.
Antonio de la Torre, por La gran familia española.
7 Noms (4 como actor prot. 3 como actor sec)/1 Prem (actor sec.). PALMARÉS PREVIO: 0 Noms.
El único de los cuatro candidatos en esta categoría que no atesora ninguna otra nominación a los grandes premios puede presumir, sin embargo, de ser el primer actor en la historia de los Goya en sumar doble candidatura de forma consecutiva. Como el año pasado, es posible que la división de votos entre sus dos trabajos nominados le lleve a no ganar ninguno, aunque hay que reconocer que sus grandes opciones las posee en la categoría principal. Y es que, además, en esta no sólo está lejos de constituirse entre los favoritos al premio, sino que entre estos se encuentra su compañero en La gran familia española, Roberto Álamo. De todos modos, no hay que olvidar que el Goya que ya posee Antonio de la Torre se lo debe precisamente a Daniel Sánchez Arévalo, director que también le brindó su primera nominación como actor protagonista en 2009, por Gordos, y que, tal y como nos tiene acostumbrados, su labor en la película roza la genialidad por momentos. Siempre ajustado y casi impertérrito en ocasiones, De la Torre logra traspasar la pantalla y exponer sin concesiones los traumas de su personaje con el mínimo de elementos, dando de sí un trabajo pleno de naturalidad y recorrido por una ácida comicidad que se alzan en parte de las virtudes de La gran familia española.
Debería ganar: Carlos Bardem, por Alacrán enamorado.
Ganará: Carlos Bardem, por Alacrán enamorado.
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