Sí, ha pasado el viernes y no ha habido en este rincón referencia alguna a los estrenos cinematográficos de la semana, como venía siendo habitual cuando (hace casi un año) refrescaba este blog con asiduidad. Bueno, pues calma en el patio de butacas, que este servidor ha estado toda la jornada replanteándose el asunto y en modo alguno iba a dejarlo pasar: ha llegado la hora de hacer un repaso (exhaustivo o no) de las novedades cinematográficas que se han colado (algunas de forma avasalladora) en las salas de cine. Eso sí, como este sitio funciona (ahora más que nunca) en ESPAÑOL, ni que decir tiene que las preferencias nos inclinan a mirar nuestro propio ombligo antes y por encima que los foráneos.
La peli del finde.
La buena noticia es que este fin de semana postalmodóvar aún sigue habiendo vida dentro de nuestra cinematografía y ha logrado estrenarse (¡por fin!) A puerta fría (2012), tercer largometraje del interesantísimo director catalán Xavi Puebla (Bienvenido a Farewell-Gutmann -2008-). Las razones del indescifrable retraso en su estreno comercial al que se ha visto sometida esta cinta no están muy claras, sobre todo teniendo en cuenta que, tras su participación en la Sección Oficial a concurso del pasado 15º Festival de Málaga, salió vencedora en el palmarés con dos premios: el otorgado por la crítica acreditada en el certamen y la Biznaga de Plata relativa al mejor actor para un sobresaliente y descomunal trabajo de Antonio Dechent, valor seguro en la producción nacional que afronta aquí su primer papel netamente protagonista. El que la Academia obviara esta cinta también para componer la lista de nominados a sus recientemente entregados Premios Goya no deja de resultar paradójico si atendemos a la entusiasta acogida crítica que ha saludado el estreno en salas de la cinta, sirvan de ejemplo las firmadas por Mirito Torreiro en Fotogramas, Javier Ocaña en El País o Eduardo Galán en Cinemanía. Estrenada en sólo 11 ciudades y con un número muy limitado de copias, A puerta fría parece condenada a la invisibilidad más injusta cuando debe tratarse de una de las grandes películas de nuestra cinematografía. Versa sobre Salva (Dechent), un comercial de electrodomésticos, que debe vender 500 unidades en tres días en la feria del sector si no quiere perder su trabajo. Para conseguir su objetivo se aliará con una ambiciosa azafata (a la que da vida con tesón María Valverde) para engatusar al poderoso ejecutivo Mr. Battleworth (interpretado nada más y nada menos que por el mismísimo Nick Nolte, de categoría). La magnífica labor del reparto, que completan espléndidos veteranos como Héctor Colomé, José Ángel Egido o José Luis García Pérez, supone uno de los platos fuertes que invitan a no dejar escapar la oportunidad de ver una fantástica obra muy alejada de lo que viene ofreciendo el cine español convencional, aunque sea precisamente eso lo que la haya abocado irremisiblemente al olvido.
Otros estrenos.
Este viernes llega también a las salas el documental Món petit (Mundo pequeño), de Marcel Barrena, que nos cuenta el viaje físico y emocional de Albert Casals, quien postrado en una silla de ruedas y acompañado por su novia Anna se embarca en un viaje, sin dinero desde Barcelona hasta el punto más alejado del globo terrestre: Nueva Zelanda. Alabada por críticos como Andrea G. Bermejo en Cinemanía, Ocaña en El País o Salvador Llopart en La Vanguardia, se nos antoja una reconfortante alternativa, por el optimismo que desprenden sus imágenes, a la macro-oferta de las impersonales multisalas.
¿Bienvenido, Mr. Marshall?
No del todo, seamos sinceros. La agenda de estrenos extranjeros viene cargadita. Para empezar, aterriza en nuestras pantallas la última película del argentino Carlos Sorín, Días de pesca en Patagonia, ejemplo fiel de las constantes de su cine más reconocible que, como ha demostrado la cobertura crítica que ha recibido, entusiasmará a sus adeptos y espantará a sus detractores. Yo, por desconocimiento hacia su obra (algo que algún día habré de remediar, imagino -o no-), no puedo decantarme ni hacia un lado ni hacia el otro. Pero quizás sí que sea una opción mucho más recomendable que cualquiera de los estrenos anglosajones que nos llegan este fin de semana.
Gran Bretaña nos obsequia con otra (¿necesaria?) adaptación de la célebre novela decimonónica de León Tolstoi Anna Karenina, esta vez debida al "moderno" Joe Wright, a quien le debemos dignas adaptaciones previas (véase su Orgullo y prejuicio), pero al que ahora apenas otorgamos crédito alguno en función de la pinta videoclipera que parece predominar en el conjunto de la cinta que ahora nos ocupa. El espejismo que nos mantenía fascinados hacia la figura de Keira Knightley parece haber desaparecido y ni siquiera Jude Law nos atrae como antes en esta película donde el apuesto y joven galán parece sacado de una vulgar serie de Disney Channel: Aaron Johnson.
Del otro lado del Atlántico, regresa el director Lee Daniels (Precious) para intentar vendernos la moto de que Zac Efron ya no es el 'chico Disney' y ahora es buen actor y nos lo rodea de un plantel de estrellas apabullantes en el que, parece, mientras Matthew McConaughey no llega a resultar del todo creíble, el estupendo John Cusack se pasa de rosca y tira por la vía fácil de la sobreactuación. Menos mal que siempre nos quedará Nicole Kidman, nominada al Globo de Oro como secundaria por esta película, que parece ser el único aliciente que invite a ver esta historia sobre la investigación de un asesinato que resulta ser un magnífico (o pueril, según se mire) macguffin para contarnos el hormonal enamoramiento de un adolescente hacia la sexy y misteriosa esposa del reo. Como dato informativo, señalar que en su pase en el pasado Festival de Cannes El chico del periódico se ganó el mayor abucheo del certamen.
A muy pocos les sonará el nombre de Harmony Korine. ¿Y el de Larry Clark? ¿Tampoco? Bueno, digamos que el segundo revolucionó el cine independiente norteamericano hace unos años y que el primero fue durante algún tiempo su guionista. Pues bien, ahora Korine, que ya había iniciado una trayectoria como cineasta/bicho raro, estrena en nuestro país su obra más comercial, aunque también, según cuentan quienes la han visto, la mejor de su filmografía. Hablamos de Spring Breakers, que cuenta en el reparto con James Franco rodeado de un cuarteto de explosivas jovencitas... ¿Selena Gomez? ¿Vanessa Hudgens? ¿Más Disney Channel? ¿Que una película con semejantes "actrices" ha obtenido críticas avasalladoramente buenas? ¿Dónde está la cámara oculta? Vale, sí, estoy absolutamente lleno de prejuicios. Lo mejor sería verla, ¿no? Aunque, a priori, me llama muy poco la atención esta celebración de la búsqueda de la felicidad a través de una fiesta continua desde un punto de vista eminentemente nihilista, por mucho que el entusiasmo crítico roce el orgasmo.
Ha llegado a los cines, también después de retrasarse durante algún tiempo, otra muestra más de la tan en boga moda de reinventar desde perspectivas adultas los viejos y míticos cuentos de nuestra infancia. Se trata de Jack el caza gigantes, disponible también en 3D y que demuestra a las claras lo acabado o cansado que anda ya el otrora interesante Bryan Singer, responsable de la emblemática Sospechosos habituales (1995) y de dignificar para la gran pantalla los cómics de X-Men (2000). Poco interés despierta en este humilde mortal esta versión algo chapucera de la mítica historia de Jack y las habichuelas mágicas, que se ha saldado con un vapuleo generalizado por parte de la prensa especializada y en cuyo reparto aparecen estrellas de la talla de Ewan McGregor y Stanley Tucci, claramente mal asesorados por sus respectivos agentes.
El último de los estrenos es la producción independiente, claramente influida por el cine de Woody Allen, que es la comedia Amor y letras, de Josh Radnor, actor famoso por su protagonismo en la serie ¿Cómo conocí a vuestra madre? y que en esta, su segunda experiencia como director, mezcla ternura y algún que otro diálogo brillante en una historia con cierto encanto (un treintañero regresa al campus donde estudió y siente una enorme atracción hacia una joven estudiante de personalidad arrolladora) en la que al director, que ejerce también de protagonista, le acompañan en el reparto la prometedora Elisabeth Olsen y los veteranos Richard Jenkins y Allison Janney. Sin lugar a dudas, tiene puntos a su favor y goza de cierta simpatía instantánea, pero no nos llevemos a engaño: huele a la típica película para treintañeros, con ciertos y evidentes estereotipos y que, en el fondo, aporta más bien nada nuevo a la experiencia del espectador.
En este panorama, yo lo que voy a hacer es irme al único cine de Madrid (el Palafox) en el que proyectan A puerta fría o me desquitaré viendo lo último de Almodóvar, pues debo ser de los pocos que no ha ido a ver todavía Los amantes pasajeros. A vosotros, veáis la que veáis, siempre en Versión Original Subtitulada (si es española no hace falta, ¡eh!). Sin más, buen finde.
¡¡Un saludo, Sinvergüenzas!!
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