sábado, 19 de octubre de 2013

Quiniela a los Premios Goya 2014 (III): Mejor Actor.

Conforme van avanzando las semanas, se van sumando nombres de favoritos para una categoría cuya batalla final este año parece, a las claras, que se disputará prácticamente entre dos hombres. Aún así, en los próximos meses irán llegando a las salas nuevos y esperados trabajos masculinos protagonistas que podrían hacer bastante ruido y desestabilizar las opciones de muchos. De momento, por lo que llevamos estrenado este año, la lista de favoritos al Goya al mejor actor debería quedar así:

1. Antonio de la Torre, por Caníbal.
2. Eduard Fernández, por Todas las mujeres.
3. Javier Cámara, por Ayer no termina nunca.
4. Mario Casas, por La mula.
5. Ricardo Darín, por Tesis sobre un homicidio.
6. Álex González, por Alacrán enamorado.


Ni que decir tiene que, a estas alturas de la película, con toda la crítica rendida a sus pies y la alta expectación que ha despertado en el público el que se denomina ya como su mejor trabajo para el cine, el Antonio de la Torre de Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, es el gran favorito en todas las quinielas. Radicalmente demoledor en su esterilizada y minuciosa exposición del carácter retraído y autosuficiente de su personaje, a través de una conveniente contención y una solidez apabullante, De la Torre sustenta toda su actuación en el magnífico partido que de su expresiva y contundente mirada líquida extrae el director para que los pensamientos, las dudas y hasta los miedos del personaje traspasen la pantalla y, llegado el caso, congelen el ánimo del respetable. Todo ello, además, protegido por una descollante naturalidad, sin subrayados ni estridencias del todo innecesarios, lo que ayuda a implantar la conseguida condición de absoluto personaje anónimo, de ser otro tipo más del montón, que sobrevuela al protagonista, añadiendo con esto un componente aún más sobrecogedor a la historia. Literalmente devorado por la personalidad de su personaje, De la Torre termina confeccionando una actuación de implacable y árido efectismo en el respetable, razón más que suficiente como para creer que nada ni nadie se interpondrá en su camino al Goya.


Habitual en las nominaciones desde que irrumpiera en el cine hace solo 14 años, lleva ya acumuladas siete, de las que dos se materializaron en sus correspondientes cabezones. Además, conduce con mano diestra, segura y fascinante la desequilibrada película de Mariano Barroso, Todas las mujeres, logrando una actuación en absoluto estado de gracia. El intérprete se permite el lujazo de pasearse sin tapujos por todos los vericuetos de su personaje, ahondando incluso en los más desagradables, y hacerlo además desde una sublime precisión, matizando y depurando hasta el extremo cada uno de los rasgos (físicos, psíquicos y emocionales) de su personaje, logrando que tan impresentable protagonista no solo nos resulte simpático sino que, para más inri, nos induzca a no poca compasión. Eso sí, en su pletórica exhibición interpretativa colabora el sugestivo juego dialéctico y la química mutante que logra establecer con todas sus oponentes. Probablemente no sea el favorito al premio, pero sus opciones de colarse entre los cuatro nominados son altísimas.


Ayer no termina nunca, de Isabel Coixet, aterrizó en la cartelera demasiado pronto para la temporada de premios, pero Javier Cámara se marcaba en ella una actuación deslumbrante, expresando mucho a través de muy pocos elementos, haciéndose sublime, componiendo una interpretación sosegada y pragmática, convenientemente medida y ajustada en un cadencioso crescendo dramático que se erige en la mejor actuación del actor para el cine, hasta el momento. Tiene a su favor, además, la sensación de que la Academia le debe un Goya después de nominarle hasta cinco veces de manera infructuosa. El problema es que deberá competir contra sí mismo y es que su aplaudido trabajo en la ya al caer Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, promete eclipsar el aquí comentado.


A principios de año nadie lo hubiera dicho, pero tras ganar la Biznaga de Plata al mejor actor en el Festival de Málaga, Mario Casas se aupó a todas las quinielas para los próximos Goya gracias a La mula, película de la que su labor se alza como el gran pilar sobre el que sostenerse. Absolutamente empático y convincente en la piel de ese descreído e inocente cabo, supone el mejor empeño interpretativo del actor hasta la fecha. Su acemilero se nos presenta imprevistamente matizado siempre, incluso allí donde hubiera sido fácil salir airoso tirando de tics y viciados hábitos interpretativos, Casas responde con notable entereza y no poco encanto. ¿Valorará la Academia el logrado esfuerzo interpretativo de la estrella o le subestimará por su consabido estatus de 'chico guapo'? No obstante, el temprano estreno de la película dentro del primer semestre del año hace peligrar las opciones de un Mario Casas que, además, tiene previsto otro importante y sugestivo empeño dramático a finales de año.


Como los dos anteriores, las opciones de Ricardo Darín por Tesis sobre un homicidio, de Hernán A. Golfrid, pasan por otro protagonismo de la estrella argentina en otro de los títulos más esperados del año, a punto de aterrizar en las salas. Eso, el estreno demasiado anticipado de la cinta y la condición de co-producción entre España y Argentina, lo que puede provocar que la película no entre en la competición por los galardones ordinarios. No obstante, quede constancia del sobrio, impecable, infinitamente matizado, proverbialmente expresivo trabajo llevado a cabo por Darín, alma, motor y estructura base de Tesis sobre un homicidio, demostrando una magistral capacidad para, tras los primeros minutos de metraje, desaparecer por completo dentro de su hermético personaje sin dejar en ningún momento de traspasar la pantalla, conectar con el espectador y que éste empatice hasta el paroxismo con su rol.


El que Alacrán enamorado, de Santiago A. Zannou, fuera incluida dentro de la terna de las cuatro películas pre-seleccionadas por la Academia a los Oscar ha dado alas a las opciones de su protagonista de cara a una justa nominación al Goya al mejor actor. A pesar del también temprano estreno de la película, Álex González tiene a su favor el haber superado las expectativas, gracias a la admirable y convincente labor que realiza del protagonista de la cinta, detallando con aplomo minucioso todo el arco emocional que recorre su personaje a lo largo de la película. Sin duda, una excelente noticia que invita a concebir no pocas esperanzas en un actor perteneciente a una generación de intérpretes, en general, poco solventes en papeles tan rigurosos como éste. Por contra, su juventud y su atractivo físico son un lastre para tomar en serio sus opciones al Goya, a lo que hay que sumar la implacable competencia que suponen pesos pesados del calibre de los arriba mencionados.

ATENTOS A:


Favorito en las quinielas a la Concha de Plata al mejor actor en el pasado Festival de San Sebastián, Javier Cámara lo tiene todo a su favor para recibir su sexta nominación al Goya gracias a Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba. El problema es que, con tres trabajos estrenados en el mismo año (el arriba mencionado, éste y el que lleva a cabo en Los amantes pasajeros, de Pedro Almodóvar) los votos de los académicos se repartan dejándole fuera de la terna. Además, con el agravante de que se rumorea que otro suculento y muy nominable trabajo suyo llegará a las salas antes de que acabe el año: La vida inesperada, de Jorge Torregrossa.


Presente en la Sección Oficial de la, ya en marcha, Semana de Cine Internacional de Valladolid (SEMINCI), estaremos pendientes de las impresiones que causa el trabajo de Eduardo Noriega en el thriller psicológico Presentimientos, de Santiago Tabernero. De lo que no hay duda es de que hay ganas de verle figurar entre los nominados por tercera vez en su trayectoria.


Otro thriller nos sirve al siguiente actor con posibles, un Ricardo Darín que parece bordarlo en la piel de ese padre desesperado por encontrar a sus hijos desaparecidos en Séptimo, lo nuevo del muy interesante Patxi Amezcua. El éxito de taquilla cosechado por la cinta en Argentina nos avisa de que estamos ante una de las películas que más va a dar que hablar en las próximas semanas y eso siempre capta la atención de la Academia.


Historia melodramática para el protagonismo de un Mario Casas que se intuye supondrá un cambio de registro importante en el actor. Ismael se encuentra además dirigida por un excelente director de actores, Marcelo Piñeyro, ¿convencerá todo esto a la Academia?


Con escaso tirón últimamente en los Goya, la comedia siempre ha dado grandes alegrías a muchos de sus intérpretes. Este año podría significar la vuelta a las nominaciones para un Ernesto Alterio que no ha vuelto a ser nominado desde que lo fuera, precisamente, con otra comedia: Días de fútbol (2003), de David Serrano. ¿Quién mató a Bambi?, de Santi Amodeo, será una de las comedias del año, probable bombazo en taquilla mediante, lo que dará alas a las opciones de Alterio.


Más de lo mismo para el caso de un Quim Gutiérrez, que por ¿Quién mató a Bambi? parece lucir una comicidad de clase A. Presente en la cartelera a lo largo de todo el año (Los últimos días, La gran familia española, Tres bodas de más), no resulta desproporcionado considerarle con opciones en las quinielas.


Ser el protagonista de una de las cintas independientes del año tiene su aquél, el problema es que Stockholm, de Rodrigo Sorogoyen, promete pasar bastante desapercibida, a pesar de los premios obtenidos en el Festival de Málaga y su protagonista, Javier Pereira se las tendrá que ver con contrincantes más publicitados que él.


Tanto el maestro por excelencia, siempre susceptible de resultar nominado (haga lo que haga), Juan Diego, por Anochece en la India, de Chema Rodríguez, como el veterano y gloria del cine nacional Manuel Zarzo, por Blockbuster, de Tirso Calero, podrían colarse con fuerza en las quinielas. Pero sus verdaderos obstáculos son el desconcierto y la incertidumbre que provoca el que sus cintas aún no tengan fecha de estreno confirmada.


1 comentarios:

Benigno dijo...

MEJOR ACTOR PROTAGONISTA

Los favoritos:

1. Antonio de la Torre por Caníbal.
2. Javier Cámara por Vivir es fácil con los ojos cerrados, Los amantes pasajeros o Ayer no termina nunca.
3. Mario Casas por La mula, Ismael o Las brujas de Zugarramurdi.
4. Álex González por Alacrán enamorado.



5. Eduard Fernández por Todas las mujeres.
6. Hugo Silva por Las brujas de Zugarramurdi.
7. Ricardo Darín por Séptimo.
8. Eduardo Noriega por Presentimientos.
9. José Coronado por Hijo de Caín.
10. Quim Gutiérrez por Los últimos días o ¿Quién mató a Bambi?.

No hay que descartar:

1. Javier Pereira por Stockholm.
2. Elijah Wood por Open Windows o Grand Piano.
3. Paco Tous por Somos gente honrada.
4. Julián Villagrán por ¿Quién mató a Bambi? (Si es considerado protagonista).
5. Manuel Zarzo por Blockbuster.
6. Alberto San Juan por El amor no es lo que era (Si es considerado protagonista).
7. Mark Strong por Mindscape.
8. Antonio Dechent por La última isla (Si es considerado protagonista).
9. Jan Cornet por Menú degustación (Si es considerado protagonista).
10. Rubén Ochandiano por Cuento de verano.