Día 6: falta de entusiasmo y redondez.
Ayer le llegó el turno a una de las películas más esperadas de la Sección Oficial a concurso, 15 años y un día, lo nuevo de la directora Gracia Querejeta, que, como viene siendo habitual en el certamen, también ha dividido a la crítica especializada. Desde losExtras señalan que "resulta algo menos redonda que sus cintas anteriores. Las razones para explicarlo son tan sutiles como el propio cine de la directora. Es fácil diagnosticar que la película resulta de la suma de elementos excesivamente dispares: cada tramo tiene no sólo su argumento sino su tono y hasta su ritmo". Mientras que en La Opinión leemos prácticamente la misma idea: "lo que yo particularmente echo en falta en el cine de Querejeta es mordiente, algo que rompa el clima excesivamente civilizado y amabilísimo de sus películas", aunque se concluya la reseña salvando en cierta medida la propuesta: "es un producto satisfactorio, honesto porque cumple lo que promete sin trampas ni cartones, y con unas interpretaciones meritorias –especialmente, cómo no, la de Maribel Verdú" y se la considere desde esas páginas como el título favorito a ganar el premio más importante del festival.
Presentada como su película más personal, Querejeta contaba en declaraciones recogidas por el Diario Sur que “todo comenzó con una anécdota que le conté a Antonio (Mercero) sobre mi hijo. A partir de ahí trabajamos un texto que no ha sido fácil levantar, por la dificultad que supone rodar en los tiempos que corren. Hemos tenido que ajustarnos a un presupuesto muy definido, pero los directores tenemos dos opciones: o nos adaptamos o nos quedamos en casa, y yo no tengo ganas de quedarme en casa”, lo cierto es que 15 años y un día despierta no poco interés, primero por asistir una vez más a una cinta que cuenta con el sello inconfundible de su directora, que tan buenos adeptos tiene en nuestro país, y segundo por un reparto en el que destaca, aparte del protagonismo de la Verdú, la recuperación para el cine de un grande de la interpretación como es Fernando Valverde, secundados ambos por las experimentadas Susi Sánchez y Belén López. Todos llegarán a los cines el próximo 14 de junio.
El otro título a concurso del día fue Stockholm, la nueva película de Rodrigo Sorogoyen, una de las primeras cintas puestas en pie a través del sistema de microdonaciones (crowfunding), dotada con un presupuesto de 60.000 euros, del que alrededor de un 20 por ciento corresponde al micromecenazgo, Stockholm se rodó en 13 días. El equipo de producción participó en tareas técnicas como el montaje o la dirección artística. En este sentido, el miembro del comité de selección de la sección oficial, Fernando Méndez-Leite, ha precisado que la inclusión de esta película en el certamen es una apuesta decidida por los canales alternativos de financiación. Aproximadamente 250 mecenas han hecho posible la realización de un largometraje que aún no tiene asegurada su distribución.
El resultado, según los especialistas, tampoco ha sido para tirar cohetes, aunque se alaban la capacidad de riesgo y su decidida voluntad de estilo, como leemos en losExtras: "El problema de Stockholm es que funciona mejor como idea que como película. En pantalla, su discurso a veces se atasca en lo formal, no encuentra suficiente densidad en los personajes ni logra que su ritmo fluya de forma homogénea. Pero, sobre todo, se agradece su valentía y su voluntad renovadora. Y eso prevalece sobre su ingenuidad"; o en La Opinión: "Estimulante y bien perfilada en su concepto, Stockholm, sin embargo, también tiene las trazas de un producto fallido de alguna manera, malogrado". En cierto sentido, una lástima para esta cinta protagonizada por Javier Pereira y Aura Garrido, que tampoco ha logrando levantar el entusiasmo hacia una Sección Oficial demasiado lánguida y desenfocada.
Zonazine: el final está cerca, literal.
Fiel a su estilo, Zonazine presentó ayer la película de varios directores Al final todos mueren, un largometraje colectivo en el que cuatro directores de renombre en el mundo de los cortometrajes plasman sendas historias que se suceden desde que quedan 42 días para que un meteorito acabe con la vida en la Tierra hasta tres horas antes del final. Apadrinados por Javier Fesser, quien se encarga de dirigir el prólogo de la cinta, Javier Botet, David Galán Galindo, Roberto Pérez Toledo y Pablo Vara nos ponen en la piel de un psicópata centrado en finalizar su plan maestro, la búsqueda del amor que guía los pasos de un gran grupo de románticos, la encarnizada batalla por ocupar una de las plazas salvadoras de algún búnker y una mujer que va a traer al mundo al último ser humano en una película claramente apocalíptica, que con escasísimo presupuesto, busca ahora distribución. En el reparto, compuesto en su mayoría por caras desconocidas, sobresalen los rostros de los populares Manuela Vellés, Miguel Ángel Muñoz, Macarena Gómez, Alejandro Albarracín y Juan Blanco, que venía de presentar el día anterior Viral en la misma sección.
Málaga Premiere: ¿telefilme nacionalista?
La sección paralela Málaga Premiere presentó ayer al público la nueva película del director catalán Ventura Pons, Un berenar a Ginebra (Una merienda en Ginebra), que habla sobre la vida de Mercè Rodoreda, considerada la escritora de lengua catalana contemporánea más influyente, a través de una larga conversación entre ésta y el crítico literario y editor Josep Maria Castellet, al que invitó a merendar a su residencia de Ginebra. La película, rodada en catalán y producida por Televisió de Catalunya, ha levantado ampollas por su velada apología del idioma catalán en detrimento del español, como leemos en El Blog del Cine Español. Fuera de esta polémica pueril, lo que parece dejar bien claro la cinta es que cuenta con una mastodóntica interpretación de la actriz Vicky Peña, convenientemente secundada por Joan Carreras y Cristina Plazas.
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