jueves, 19 de diciembre de 2013

Quiniela a los Premios Goya 2014 (V): Mejor Actriz Secundaria.

Más que despejar las dudas, el anuncio de las nominaciones a los I Premios Feroz no ha hecho más que incentivar el desconcierto que despierta la categoría a la mejor actriz secundaria para esta próxima edición de los Premios Goya. Con solo una favorita realmente clara hasta la publicación de la lista de pre-candidatas confeccionada por los productores de cada cinta, cuando fue seleccionada como secundaria Maribel Verdú, en lugar de como principal, nuestra anterior quiniela para esta categoría se encuentra, a estas alturas, desfasada, mucho más con el visionado de la plana mayor de la producción nacional susceptible de nominación ya hecho. Todavía está por demostrar si los Premios Feroz funcionan como una verdadera y fiable antesala a los Premios Goya, algo que se pondrá de manifiesto en el modo en el que repercutan sus nominados en los finalmente escogidos por la Academia. Aún a riesgo de equivocarnos por completo, lanzamos nuestro último ránking a la mejor actriz secundaria, elaborado desde un subjetivo deseo personal, mezclado con una considerable intuición.

1. Susi Sánchez, por 10.000 noches en ninguna parte.
2. Terele Pávez, por Las brujas de Zugarramurdi.
3. Maribel Verdú, por 15 años y un día.
4. Rossy de Palma, por 3 bodas de más.
5. Petra Martínez, por Todas las mujeres.
6. Verónica Echegui, por La gran familia española.
7. Nathalie Poza, por Todas las mujeres.
8. Rosana Pastor, por La herida.
9. Marta Larralde, por Todas las mujeres.
10. Àgata Roca, por Todos queremos lo mejor para ella.
11. Valeria Bertuccelli, por Pensé que iba a haber fiesta.
12. Macarena Gómez, por Las brujas de Zugarramurdi.
13. Aura Garrido, por Los ilusos.
14. Geraldine Chaplin, por Memoria de mis putas tristes.
15. Clara Segura, por Todos queremos lo mejor para ella.
16. María Botto, por 3 bodas de más.
17. Carmen Machi, por La Estrella.


Reconozcámoslo, Susi Sánchez tiene pocas opciones de llegar a la final. Su trabajo en 15 años y un día, de Gracia Querejeta, ha quedado fuera de cualquier papeleta de voto al competir en su propia casa con el de su compañera en el filme Maribel Verdú. Y el de 10.000 noches en ninguna parte, de Ramón Salazar, tiene en contra la arriesgada naturaleza de la película, que tampoco parece muy bien situada de cara a recibir nominaciones este año. Una verdadera lástima. Desde aquí, lanzamos una baza a favor del trabajo de Sánchez en la película de Salazar, única e importante razón de peso para visionar 10.000 noches en ninguna parte, pues tan artificiosa película sirve una arriesgada y purgativa performance por parte de una excepcional y dolorosamente minuciosa Susi Sánchez, como la alcoholizada y decadente madre del protagonista, en un trabajo pormenorizadamente vívido, hiriente, de esos que traspasan la pantalla y se pegan al alma, congelándola. Sin dejar hueco para la compasión fácil, Susi Sánchez dota a su trabajo de una permanente hostilidad, mostrándose insoportablemente arisca en su insondable exhibición de amargura, logrando así dar cuerpo al carácter áspero y dolido de su personaje. Es mucha la competencia y su película, a buen seguro, no llamará la atención de los académicos, pero, lejos de toda duda, Susi Sánchez lleva a cabo uno de los trabajos secundarios femeninos más viscerales y complejos del año.



Un mes más, y con el aval que supone una más que cantada nominación a los Premios Feroz bajo el brazo, Terele Pávez sigue presidiendo el ránking de las favoritas en esta categoría. Álex de la Iglesia le ha brindado una más que golosa oportunidad para convencer a los académicos con su bruja vieja en Las brujas de Zugarramurdi, con la que pone en evidencia la maestría, el poderío y la grandiosidad de esta intérprete única, que vuelve a dejarnos alucinados dentro de ese registro malsano, sucio y déspota al que tan frecuente ha sido en sus trabajos para el cine, esta vez dándole una vuelta de tuerca y encarnando a una espeluznante malvada con una insondable ironía. Nadie debe poner en duda que es la favorita indiscutible al premio y, que de resultar finalmente nominada, el Goya a la mejor actriz secundaria debería ser para ella.


Como bien presuponíamos, los productores de 15 años y un día, de Gracia Querejeta, en base a la reñida competencia presente en la categoría principal, han optado por la vía fácil y asegurarse, como mínimo, la nominación de Maribel Verdú, aunque sea en la categoría secundaria. Actriz siempre susceptible de ser nominada, la que con toda seguridad sea la mayor estrella femenina del momento en nuestro cine, gana opciones en las quinielas gracias a que 15 años y un día sea la definitiva seleccionada por la Academia para representarnos a los Oscar. Sin embargo, su injusto olvido entre las finalistas a los Premios Feroz no resulta un dato demasiado halagüeño. Eso y que aún está muy reciente su segundo Goya. Tampoco en esta categoría, a pesar de su obvia condición de favorita, lo tendrá fácil la Verdú, aunque merecería llegar a la final por marcarse una interpretación como la que lleva a cabo en 15 años y un día, ajustadísima, de muchos matices, y apechugando con un arriesgado monólogo en un largo plano secuencia.


3 bodas de más, la comedia de Javier Ruiz Caldera, es una de las favoritas en los recién anunciados Premios Feroz. Atesora 7 nominaciones y una de ellas reconoce la fabulosa aportación que lleva a cabo Rossy de Palma como la madre de la protagonista, lo cual no hace más que confirmar las notables expectativas que había despertado el regreso al Cine Español de Rossy de Palma, cuyas cortas intervenciones se cuentan entre los grandes aciertos cómicos de la función y que, según glosan todas las quinielas, podrían regalarle a la actriz su tercera nominación al Goya, la primera lejos del universo Almodóvar. No sería nada descabellado, pues la desquiciada y altisonante ejecución que lleva a cabo la actriz de su personaje, pone en evidencia la retorcida y descomunal vis cómica de una intérprete altamente desaprovechada por nuestra industria. Puede jugar en contra de sus posibilidades la ligereza y escasa estructura dramática de su personaje, sobre todo en comparación con el de muchas de sus oponentes, pero otros empeños tan jocosamente livianos como el suyo ya se han colado entre las finalistas en ediciones anteriores.


De todas las actrices de Todas las mujeres, de Mariano Barroso, era a la que menos opciones le veíamos de llegar a la final por el Goya, hasta que la Asociación de Informadores del Cine reconoció su valía incluyéndola entre las finalistas en esta categoría a los Premios Feroz. Digno y merecido reconocimiento que nos predispone a pensar en las serias posibilidades de obtener el reconocimiento goyesco que lleva ya años mereciendo Petra Martínez, a la que la Academia ha llegado a olvidar en múltiples ocasiones, por trabajos que rozan la perfección y que se cuentan como los mejores ofrecidos por una actriz para nuestro cine en los últimos años (La soledadNacidas para sufrirMientras duermes). Su participación en Todas las mujeres no está a la altura de estos, pero sí destila mala uva con una clase y elegancia desbordantes, razones más que suficientes para que la Academia la incluya, de una vez por todas, entre las finalistas al Goya.


Ser la única protagonista femenina de un reparto coral como el de La gran familia española debe tener alguna ventaja. Y no es otra que el de lograr destacar de forma natural en cada secuencia que se te dedique. Pero no solo eso, porque Verónica Echegui vuelve a dar una lección de naturalidad y frescura con su papel en la película de Daniel Sánchez Arévalo, demostrando que merece ser considerada, con toda justicia, una de las mejores y más preparadas actrices de su generación. A pesar de ello, había perdido fuerza en nuestros anteriores ránkings y sus opciones pasaban más porque la cinta arrasase en el reparto de candidaturas que porque su trabajo llegase a destacar por méritos propios. La competencia es dura y este año no parecía ser el de Verónica Echegui hasta que La gran familia española se ha impuesto como una de las grandes favoritas a los recién creados Premios Feroz, con 6 candidaturas, una de ellas para Echegui, que vuelve a dar alas a sus posibilidades de cara a los Goya.

Todas las mujeres, de Mariano Barroso, posee notables argumentos para rascar, por lo menos, una nominación en esta categoría. Tras la nominación a los Feroz de Petra Martínez, del ramillete de actrices que secundan a Eduard Fernández, quizás sea Natahalie Poza la segunda que parta con mayor ventaja, al resultar su intervención absolutamente impagable, mostrándose la intérprete excelsa como esa psicóloga desconcertada ante la historia del protagonista. Con una estimulante entereza y no poca ironía, Poza se vuelve inolvidable en la película y no resultaría nada desproporcionado verla figurar entre las cuatro finalistas.


Poco le permite La herida, de Fernando Franco, lucirse a la estupenda Rosana Pastor, que ejecuta con emotiva y cauta precisión su papel de madre desorientada, que no alcanza a comprender la actitud de una hija con la que parece no tener nada en común. Pocas dosis de lucimiento, como decíamos, que podrían no ser impedimento para que la actriz sumase su cuarta nominación al Goya, sobre todo cuando se ha demostrado la predilección que siente la Academia hacia su persona, habiéndola nominado con anterioridad por empeños, a priori, tan notorios como el que aquí desempeña.

Detrás de Poza, la que mayores parabienes anda recibiendo desde el estreno de Todas las mujeres está siendo Marta Larralde, actriz a la que le ha costado hacerse notar dentro de la industria, pero que hace tiempo viene mereciendo una justa revaloración a todos los niveles. Una nominación al Goya en esta categoría podría ser un buen comienzo, sobre todo por la agradecida naturalidad con la que lleva a cabo toda su intervención en la película, haciendo con su trabajo que lo impostado de algunos momentos en los que participa, resulte siempre cargado de verosimilitud.


Aunque podría haber sido seleccionada como revelación, la productora de Todos queremos lo mejor para ella ha lanzado la candidatura de Àgata Roca como secundaria, lo que hace aún más difícil su presencia entre las cuatro finalistas. Lo que sí debe quedar claro es que las opciones de la intérprete descansan en ofrecer un trabajo que ha sido alabado incluso por la crítica especializada, algo no muy frecuente tratándose de un empeño tan reducido, que pone en evidencia el desperdicio cinematográfico al que se encuentra sometida, dada la agudísima y soterrada vis cómica con la que afronta la práctica totalidad de su participación en la piel de esa neurótica hermana.


Siendo sinceros, pocas posibilidades le vemos a la argentina Valeria Bertuccelli de llegar a la final por el Goya y más por una cinta como Pensé que iba a haber fiesta, de Victoria Galardi, co-producción con Argentina que todavía no ha llegado si quiera a las salas comerciales. De todos modos, no desmerecería de tal pues vuelve a demostrar lo bien que se le da componer el carácter interno de un personaje mientras en su superficie exhibe su extraordinaria capacidad para la verborrea ligera, construyendo con mucho menos tiempo en pantalla que su compañera (Elena Anaya), un rol de primeras adusto y agrio, pero en el fondo amable y hermosamente honesto. De su actuación apenas podría decirse que supera una exquisita corrección, si no fuera por el despliegue que se le permite en la recta final, donde Bertuccelli brilla por la naturalizada exposición que lleva a cabo de las oscilaciones emocionales de su personaje.


Divertido y resuelto trabajo el desempeñado por Macarena Gómez en Las brujas de Zugarramurdi, por la que lleva ya unas semanas sonando fuerte en las quinielas. Lo tendrá difícil al coincidir con su compañera de reparto, la favorita indiscutible, Terele Pávez. Y porque, además, su trabajo, lejos del disfrute que puede ocasionar visionarla en su registro más desquiciado, poco más ofrece que sea digno de mención, sobre todo comparado con la abultada competencia que la precede en este ránking. Una nominación a los Premios Feroz hubiera servido de empuje a sus opciones, pero esto, lamentablemente, no ha sucedido.


En nuestra primera quiniela para esta categoría, Aura Garrido se imponía como la única opción viable para componer la lista de nominadas. El tiempo ha pasado, pero su trabajo en Los ilusos, de Jonás Trueba, sólo ha perdido opciones al Goya precisamente por encontrarse en un film distribuido solamente a través de canales de arte y ensayo. Por lo demás, seguimos recordando con no poca admiración el honesto y sencillo trabajo desempeñado por la actriz, sin duda, la presencia más luminosa y magnífica de una de las, seguramente, mejores películas del año. Su aparición en Los ilusos se produce para generar poesía visual dentro de la película y la actriz, rebosante de naturalidad, se hace inolvidable. No obstante, está claro que sus verdaderas opciones a los Goya de este año se encuentran en la categoría principal.


Tampoco parece muy bien posicionado el trabajo de la gran Geraldine Chaplin en la insípida Memoria de mis putas tristes, en un papel que, eso sí, se ajusta a su medida, como esa envejecida e incapacitada madame, que la intérprete acomete con endiablada desfachatez, convirtiendo sus frecuentes secuencias en verdaderos deleites para cualquier aficionado. Demostrando, de paso, con tremendo y espléndido despliegue, derrochando una energía y un ritmo deslumbrantes y convirtiéndose en lo mejor de la función, la capacidad y el talento inherentes a las grandes intérpretes cinematográficas, capaces, como Chaplin en Memoria de mis putas tristes, de vencer y anular las limitaciones de un pobre y mal dibujado personaje. Una intérprete de su categoría siempre resulta una incontestable candidata, a pesar de que la película en la que intervenga desmerezca recibir nominaciones a los Goya (como es el caso).


Clara Segura es otra de esas intérpretes cuyo nombre lleva sonando en las quinielas a los Premios Goya desde hace varias ediciones sin obtener resultado. Este año no parece que vaya a ser diferente, pero su trabajo en Todos queremos lo mejor para ella, de Mar Coll, bien merece contarse en este ránking, pues la actriz exhibe en él su talento sin complejos, llegando incluso a resultar deseable tras esa apariencia de madre de familia distendida.


Aunque nos alegremos enormemente de la ladina y venenosamente feliz recuperación para el cine de María Botto producida en la comedia 3 bodas de más, de Ruiz Caldera, nos tememos que el personaje de esa falsamente adorable jefa de la protagonista, una arpía de la peor calaña, que la actriz hace francamente inolvidable gracias a su irresistible dominio del ritmo y la cadencia veladamente cómica de su seductora sonrisa; no será el papel por el que la Botto volverá a lidiar por un Goya que, ciertamente, viene mereciendo hace tiempo.


Por último, reseñar a una de las habituales en todas las quinielas que, como viene siendo habitual también (por desgracia), probablemente tendrá que esperar a futuras ocasiones para conseguir una más que merecida nominación al Goya. Hablamos de Carmen Machi, quien en La Estrella, de Alberto Aranda, se involucra con sobriedad en la piel de su ama de casa maltratada y sortea con éxito el cliché inherente a su personaje y, al mismo tiempo, logra desprenderse moderadamente del personaje televisivo que la hizo famosa y en cuyos brazos podría haber sido fácil caer en determinados pasajes. Dar vida en la pantalla a una mujer víctima de la violencia de género puede sumar puntos a su favor, pero el alcance mediático y comercial de la película fue tan reducido que, nos tememos, Machi no figurará entre las finalistas.

2 comentarios:

RafaOnFire dijo...

Difícil pronosticar esta categoría, seguras solo veo a Terele Pávez y Rossy de Palma. Petra Martínez tiene bastantes opciones y después de los premios Feroz diría que Verónica Echegui podría colarse. En mi opinión Marivel Verdú ha caído bastante, la peli no gustó nada (recientemente no pasó el corte de los Oscar) y su ausencia en los premios Feroz no es buena señal.
Yo como apuesta personal me quedo con Macarena Gómez, aparte de sonar en muchas quinielas ultimamanete, este año a estrenado 3 películas y ha ganado el premio Ojo Crítico de RTVE, un gran año para ella sin duda, hace un buen papel en la película y aparte puede tener también el efecto arrastre de la película de Alex De la Iglesia, que seguro será multi nominada.

Mis candidatas:

Terele Pávez
Rossy de Palma
Petra Martínez
Macarena Gómez

Alt: Veronica Echegui
Sorpresa: Carmina Barrios

Unknown dijo...

A Macarena Gómez no la veo del todo fuerte para colarse entre las cuatro finalistas, menos aún estando Echegui.

Sin embargo, creo que la Verdú todavía tendrá algo que decir en esta categoría. No olvidemos que fue la Academia la que escogió "15 años y un día" para competir en los Oscar. Seguro que se acuerdan de ella en los Goya, aunque sea para resarcirla.