miércoles, 27 de marzo de 2013

"Los últimos días" vs "G.I. Joe". ¿Duelo mortal?

¡¡Ya es viernes!! Ya, ya sé que no es viernes, pero para muchos como si lo fuera porque hoy comienzan un larguísimo puente una serie de (muchos) afortunados (entre los que no me encuentro, como hace tanto tiempo me viene pasando, con la fe y la devoción que me embargan a mí en estas fechas...). Por ello, como muchos españolitos hoy disfrutan de unas ¿merecidas? vacaciones, es lógico que la industria del cine adelante los estrenos de la semana al miércoles, que hay que lavarle la cara a las marquesinas y ofrecer novedades cinematográficas como premio a tan ansiado descanso laboral. Y, sobre todo, hay que aprovechar que estando todo el maldito país desplazado, al boca-oreja le costará esta semana más que ninguna antes cumplir su decisiva misión. De todos modos, no son muchos los estrenos que aterrizan esta semana de vacaciones en las carteleras nacionales y es que algunos de ellos ya se adelantaron al viernes pasado, aunque hay que felicitarse por la llegada a las salas de una de las películas españolas más esperadas del año.

La peli del (largo) finde.


Ya está aquí. Tras unos largos meses de pre-campaña (recuerdo haber visto por primera vez el tráiler en una sala de cine en un pase de El artista y la modelo, de Fernando Trueba, allá por el pasado noviembre de 2012), llega a las salas comerciales Los últimos días, el regreso a nuestra cinematografía de los hermanos Álex y David Pastor, tras su debut en el largometraje en USA (avalados por la todopoderosa compañía de los Weinstein) Carriers (Infectados) (2009). Como en aquella, Los últimos días vuelve a navegar por un futuro (o presente) apocalíptico, donde una misteriosa epidemia, parecida a la agorafobia pero con resultado mortal, se extiende a nivel mundial, haciendo que las personas no puedan salir al exterior, viéndose obligados a refugiarse en los edificios y demás sitios cerrados. Marc un informático atrapado en su empresa tratará de encontrarse con su chica a través de la línea del metro y túneles improvisados bajo una inhóspita Barcelona. De entrada, hay que congratularse de que el género de ciencia-ficción parezca empezar a arraigarse en nuestra cinematografía, donde el cine de género en general (salvo el fantástico, con más larga tradición) ha sido siempre terreno vetado a nuestros cineastas, algo que la nueva hornada de realizadores (con una cultura audiovisual eminentemente influenciada por la industria americana) parece querer desterrar para siempre. ¡Bienvenidos sean! Claro, que para hacer buen cine de género (y no serie B o Z) hay que contar con los medios suficientes, algo que a tenor de las imágenes con las que nos han bombardeado, Los últimos días parece cumplir, aunque ya se haya alzado alguna que otra voz que nos haga pensar lo contrario. A la espera de que se hagan públicas las opiniones de los expertos en los medios oficiales, los que ya la han visto coinciden en que estamos ante un producto de estupenda y admirable factura, con una premisa argumental ciertamente atrayente y cuyo interés no decae a lo largo de un metraje gozoso y pleno de aciertos, valgan como ejemplos las opiniones publicadas ya en la Revista Acción o en la web La noche amercina. Para actoresSinVergüenza, aparte de que como amantes del cine patrio que somos, ardemos en deseos de visionar el que parece estar llamado a ser uno de los títulos del año por excelencia (con unos más que previsibles buenos resultados en taquilla y, también, posibles candidaturas a los próximos Premios Goya), nuestros grandes ganchos para ir al cine son un atractivo reparto, que encabeza nuestra estrella de la semana, el aspirante a estrella indiscutible del año, Quim Gutiérrez, cuyo trabajo en la cinta de los Pastor ha obtenido (hasta el momento) notables adeptos, aunque la opinión generalizada es que la película pertenece indiscutiblemente al gran Jose Coronado, que parece sacarse de la manga otro de esos anti-héroes de vuelta de todo que tan bien le salen y con cuyo concurso en Los últimos días se erige en el intérprete abanderado de la nueva ola del cine de género en nuestro país, pues no olvidemos que ganó el Goya gracias a una de las mejores muestras recientes de thriller, No habrá paz para los malvados (2011), de Enrique Urbizu, y justo hace unos meses estrenaba otro ejemplo más, El cuerpo (2012), de Oriol Paulo. Junto a ellos, colorean esta lucha por la supervivencia dos de las mejores (y más desaprovechadas) actrices jóvenes del panorama actual, aunque parece ser que en roles poco desarrollados que les proporcionan escaso o nulo lucimiento: Marta Etura (¿eterna chica de la película/novia del protagonista? Productores españoles, ¡hagan algo ya!) y Leticia Dolera (confiamos que tras el éxito de Rec3, Génesis (2012), de Paco Plaza, despegue de una vez su filmografía y este sea sólo el primer y tímido primer paso).

¿Bienvenido, Mr. Marshall?


Como viene siendo habitual, no, desde luego. Y es que una vez pasada la euforia de la intensa campaña de premios (Oscar en cabeza), comienzan a llegar a nuestras salas todos aquéllos títulos desechables y execrables procedentes de USA, además con un número inalcanzable de copias, copando absolutamente todas y cada una de las salas españolas, impidiendo una competencia justa para otras cinematografías (la nuestra, sin ir más lejos). Por ello, se estrena ahora G.I. Joe: Retaliaton (G.I. Joe: La venganza), de Jon Chu, temible, innecesaria y convencional secuela que sólo sirve para recordarnos lo tan acabado que anda ya el mito de Bruce Willis (aquél que muchos veneramos tras Pulp Fiction), ahora al servicio del vil metal secundando a una pandilla de mediocres y asesinables intérpretes de la talla de Channing Tatum o Dwayne 'The Rock' Johnson. Efectivamente, G.I. Joe tiene su público bien predefinido, lo que esperamos es que su abultada llegada a las salas no colapse la taquilla y nuestra apuesta para este fin de semana, Los últimos días, logre aventajar a tan todopoderoso blockbuster en rendimiento por copia.

Si hace unas semanas teníamos que hablar de un innecesario acercamiento a la creación literaria con el estreno de Anna Karenina, ésta retomamos el tema de las oportunistas revisiones de grandes clásicos de la literatura con la llegada a los cines de Great Expectations (Grandes esperanzas), con la que Mike Newell vuelve a llevar a las pantallas la inmortal novela de Charles Dickens. En estilo, forma y espíritu, esta nueva versión parece ganarle por goleada a la última, falsamente moderna e insoportablemente apastelada revisión que llevó a cabo con notable laxitud el mexicano Alfonso Cuarón allá por el año 1998, con una pareja protagonista de lo más sosa: Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow. Pero esta mera comparación no hace de la cinta de Newell una gran película, pues toda la brillantez formal de la cinta sólo sirve para considerarla una adaptación muy correcta y estimable que no resiste un envite comparativo con la que sigue siendo la mejor adaptación cinematográfica de esta historia: Cadenas rotas (1946), del imprescindible David Lean. El único punto de interés, por tanto, lo ofrecen las colaboraciones de dos intérpretes británicos de alta categoría: Ralph Fiennes y Helena Bonham Carter, que muy probablemente se comerán con patatas a la joven y casi desconocida pareja de (guapos) protagonistas.

El último de los títulos que accede hoy a las carteleras lo hace con nada menos que tres años de retraso y se trata de otra adaptación literaria, esta vez debida a Italia, dispuesta a exportar sus éxitos culturales a toda costa. Ahora le ha tocado el turno a otro famoso best-seller procedente del país de la bota, La solitudine dei numeri primi (La soledad de los números primos), de cuya adaptación se ha encargado Saverio Costanzo. Echando un vistazo a las críticas vertidas por la prensa especializada, esta puesta en imágenes de la novela de Paolo Giordano, ya que ha tardado tres años en llegar a nuestras pantallas, bien podrían haberse ahorrado los trámites y los papeleos. Según opiniones recogidas en Filmaffinity, Carlos Boyero, de El País, habla de ella en los siguientes términos: "Un relato caótico y desprovisto de la menor capacidad de emoción (...) sucesión de dislates tan retorcidos como pobremente expresados". Y Luis Martínez, de El Mundo, dice: "Una bobería. (...) Si la novela ha convencido a tantos es, sin duda, por su habilidad para, hablando de alguien ajeno, en realidad, ocuparse del que lee. Como tantas. Pero no hay ni rastro de esto tan básico sobre la superficie de la pantalla.". Pues eso, sólo recomendable para fans acérrimos de la novela original (entre los que no me encuentro).

Hasta aquí nuestro repaso a los estrenos en este inicio de puente. ¡Qué disfrutéis todos mucho (malditos) de estos días de descanso yendo mucho al cine! Yo no sé si podré si quiera, aunque de hacerlo, mi apuesta es clara: cae fijo Los últimos días. ¿Y vosotros, cuál vais a ver? Recordar: mejor la VOSE.

¡¡Un saludo Sinvergüenzas!!

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