jueves, 11 de abril de 2013

De cómo a Mario Casas casi le dejan sin "La mula"

Como todos los que seguís diariamente actoresSinVergüenza o estáis al tanto de la actualidad cinematográfica (española) sabéis, el ya confirmado estreno de La mula significa todo un acontecimiento para la cinematografía patria, porque termina así un auténtico calvario. Su distribuidora, Wanda Vision ha hecho público por fin su tráiler. A priori, lo que vemos, ni pinta mal ni pinta bien. El trabajo en la reconstrucción histórica es notable, eso sí salta a la vista. Pero tampoco esto es una novedad, porque nuestro cine, si algo sabe hacer bien, es ambientar las historias que transcurren en ese período convulso y gris de nuestro pasado llamado Guerra Civil, porque nadie puede decir que no hayamos visitado el tema. La mula, un nuevo acercamiento a aquélla maldita contienda, esta vez en clave de humor y con la dosis de prestigio que da el estar basada en una novela, esta vez debida a Juan Eslava Galán, llegará a las salas comerciales, después de llevar casi dos años terminada, el próximo 10 de mayo, tras competir por la preciada Biznaga de Oro del 16º Festival de Málaga Cine Español, pero lo hará sin autor.


La película, que contaba con todos los ingredientes para convertirse en una de las grandes producciones de nuestro cine (director de prestigio, Michael Radford, historia de amor en contexto bélico, una pareja de actores de gran éxito como protagonistas: Mario Casas y María Valverde), ha acabado engrosando la lista de Films Malditos de la historia del cine español. Y todo por culpa del dinero. ¡Ay, poderoso caballero! Los problemas surgieron ya al principio de la puesta en marcha del proyecto, una co-producción entre España (a través de Gheko Films), Irlanda (Subotica) y Reino Unido (Workhouse, cuyo administrador es Michael Radford, el director de la película). Ya al inicio, las compañías anglosajonas no aportaron todo el capital que debían para la financiación de la película y que obtendrían a partir de las específicas subvenciones de sus respectivos países -el UK Film Council, el organismo público del cine británico, tenía a fecha de 2011 1,5 millones de euros reservados a la película- y aquí comenzaron las diferentes versiones. Según los españoles, los extranjeros no cumplieron con su parte del contrato y, para colmo, Radford comenzó a pedirle dinero a la responsable de Gheko Films, Alejandra Frade, para poder seguir trabajando en la película. Según Radford, fueron los españoles los que se negaron a firmar ningún contrato que no les beneficiara directamente a ellos, por lo que las subvenciones irlandesa y británica jamás llegaron. Sólo la de Eurimages, el fondo de la Unión Europea para co-producciones cinematográficas.

Valverde y Casas junto a Radford en la presentación a la prensa del rodaje en julio de 2009.

En medio de este caos por conseguir la financiación necesaria, la pre-producción de la pelicula se alargó tanto que se cayó del proyecto el actor que encarnaría el papel protagonista: Óscar Jaenada (finalmente, sustituido por el definitivo Mario Casas). Entonces se produjeron las tensiones durante el rodaje. Según Radford, que había hasta aprendido español para escribir un guión de la película él mismo, prácticamente todo el equipo español de La mula recibió sus honorarios religiosamente, mientras que el británico no. Según Frade, Radford mentía y le debía a Gheko la cantidad total de 250.000 euros, la deuda de los préstamos.

Por otro lado, Frade, que impuso una querella contra Radford por calumnias, denunció también a Ignasi Guardans, entonces director del ICAA (el Instituto de Cine, dependiente del Ministerio de Cultura) por prevaricación, cohecho y tráfico de influencias. La productora española asegura que tanto él, como los directores del UKFC y del IFB (Irlanda) conspiraron contra la película, hasta el punto de que el ICAA le negó la calificación (y, por lo tanto, su posible distribución) debido a que Michael Radford se había negado a firmarla como una obra suya. Y es que, Radford había abandonado el rodaje de la película a poco más de una semana de finalizar el mismo. Según Frade, debido a que ella no había querido firmarle una cesión casi total de los derechos de la película. Ante semejante situación, Frade, contrató al publicista de origen francés Sebastián Grousset para que terminara la película.


Para más inri, justo cuando un juez español había sobreseído el caso, otro británico, a petición de Radford, prohibió la proyección del filme como medida cautelar. Sin embargo, y aún no estando calificada por el ICAA, la productora Gheko Films hizo un montaje de la película y a punto estuvo de presentarla en la Mostra de Valencia del año 2011. Para quienes vieron aquél montaje, La mula era una película plana y en exceso publicitaria, algo bastante distinto a lo que hubiera hecho un director responsable de películas de la categoría de 1984 (1984) o Il postino (El cartero -y Pablo Neruda-) (1994). Nuevo tema de debate a la mesa, porque Frade insistió en que la cinta se montó siguiendo las instrucciones precisas que había dejado el cineasta antes de su salida del proyecto.

Cuando parecía que estaba todo perdido, tras tres años desde el final del rodaje, el Juzgado Central Contencioso y Administrativo nº11 de Madrid acabó dando la razón a Frade, considerando "española" a todos los efectos la película y ratificando su clasificación por edad, desestimando de este modo el concepto de "lesividad" alegado por la Administración (ICAA) para anular la clasificación de la película y su declaración de nacionalidad. Así, desde el pasado mes de nomiembre de 2012, Gheko Films tiene libertad absoluta para estrenar La mula, aunque ello conlleve hacerlo sin un director otorgándole su autoría.


De momento, han conseguido colarla en la Sección Oficial del Festival de Málaga, donde, de rascar algún premio del palmarés, tendrá más asegurado que nunca un buen rendimiento en taquilla que ya tenía más que garantizado. Y no sólo por estar protagonizada por la pareja de moda del cine español, sino por el morbo que ha generado tanto embrollo judicial. Obviando esto, ¿podremos valorar la película como tal o tendremos que ser, hasta cierto punto, más permisivos tras conocer todos los vaivenes por los que ha pasado hasta verse estrenada? La respuesta, el 10 de mayo en las salas. Para mis queridos paisanos malagueños, el viernes 26 de abril, como indica la programación oficial del Festival. Mientras llegan ambas citas, ya podemos hacernos una ligera idea de cómo será La mula.


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